Biography
Su último camino
El 26 de enero de 1959 falleció Bruno Gröning en Paris
Diagnóstico: Cáncer de estomago en estado avanzado
A finales de otoño de 1958, viajó Bruno Gröning con su segunda esposa, Josette, con la que se había casado en mayo de 1955, a París, donde se hizo revisar por el especialista en cáncer, su amigo el Dr. Pierre Grobon. La evaluación de varias radiografías tuvo como resultado: cáncer de estómago en estado avanzado. El Dr. Grobon quiso operar inmediatamente pero Bruno Gröning no quiso.
Volvió a Alemania y preparó las celebraciones de Navidad de las Comunidades. El 4 de diciembre grabó una cinta para que fuera escuchada en todas las comunidades durante las celebraciones de Navidad. Después volvió a Paris con su señora. Mientras tanto el Dr. Grobon había informado al Dr. Bellanger, renombrado especialista en cirugía de cáncer. En su clínica en la calle Henner, cerca del Montmartre, el 8 de diciembre se efectuó la operación. El resultado para los médicos fue espantoso: era mucho peor de lo que por las radiografías se pudo suponer : ¡Ya era inoperable! Inmediatamente se volvió a cerrar la herida.
Recuperación asombrosamente rápida
Ante esto escribió Josette Gröning: "Ellos no podían comprender que el semblante de Bruno no revelaba nada de su terrible estado interior, que todavía podía respirar normalmente, que su metabolismo en las últimas semanas había funcionado perfectamente, que su cuadro sanguíneo estaba perfecto. En este estado avanzado suceden vómitos seguidos a la menor toma de alimentos y el pobre paciente lentamente se muere de hambre. Con Bruno no hubo nada de esto."
Para asombro de los médicos se recuperó muy pronto y volvió a Alemania donde pasó las fiestas navideñas. A mediados de enero de 1959 se encontró por tres días con los dirigentes del nueva Asociación y determinó, cómo se debería organizar la nueva obra. Los dos no sospechaban que ese sería el último encuentro con Bruno Gröning.
Operación en Paris en compañía de una tormenta
El 21 de enero voló nuevamente a Paris. Por obstrucción del intestino grueso se hacía indispensable una operación. El 22 de enero de 1959 a las 9 de la mañana (a la misma hora en que en Munich comenzaba el proceso de revisión) - fue operado Bruno Gröning nuevamente. Tuvo que soportar aquello que él mismo evitó a tantas personas. El no podía ni debía ayudarse a sí mismo.
Aquella mañana cuando se encontraba anestesiado, se descargó de repente una fuerte tormenta sobre París. Su esposa comentaba: "Muy extraño es también el siguiente acontecimiento de la naturaleza: El 22 de enero de 1959, mientras que mi esposo aún se encontraba bajo anestesia, oscureció una tormenta repentina con relámpagos y truenos, el apacible día sobre Paris. Se oscureció tanto que en pleno día había que encender las luces. La enfermera expresó su asombro sobre una tormenta tan fuerte. En los días siguientes a la operación la temperatura, la presión y el pulso estaban completamente normales. Hasta se levantó dos veces y se sentó en un sillón."
Quemadura interior total
El 25 cayó en coma y al día siguiente, el 26 de enero de 1959, a las 13:46 horas falleció Bruno Gröning de cáncer en la Clínica Henner- como lo anotó el médico en el certificado de defunción. ¿Fue realmente cáncer? Después de la segunda operación el Dr. Bellanger había dicho: "La destrucción en el cuerpo de Bruno Gröning es espantosa, se trata de una incineración interna total. Para mí es un misterio cómo pudo vivir así durante tanto tiempo sin sufrir de tremendos dolores."
Bruno Gröning, ya años atrás había mencionado lo siguiente: "Si me prohiben actuar, me quemaré interiormente."
Necrología
Una carta del Dr. Gobon a la viuda, del 26 de febrero de 1959, atestigua como llevó Bruno Gröning este amargo destino: "Estos esfuerzos (los que dedicaron los médicos a Bruno Gröning) eran los más natural y puedo decir que tuvieron un gran apoyo por el coraje y por la fuerza de voluntad así como por la gran personalidad de Bruno Gröning. […]"
El Dr. Bellanger expresó en una carta de diciembre de 1974 todavía su admiración por Bruno Gröning diciendo: "Bruno Gröning fue un hombre de corazón, una persona valiosa que se impuso; y su dignidad frente al sufrimiento y a la muerte aún hoy causan admiración."
Tras la incineración del cadáver se suspende una resolución final del juicio
El cuerpo de Bruno Gröning fue incinerado en un crematorio de Paris y la urna recibió sepultura en el "Waldfriedhof" (Cementerio del Bosque) en Dillenburg.
El proceso fue declarado como concluido por la defunción del acusado, nunca se pronunció una sentencia.
Cada uno puede experimentar ayuda y curación por si mismo
El "médico milagroso de Herford" que había traído la curación a miles y miles de personas murió solitario y abandonado en una pequeña callejuela de Paris. ¿Por qué tuvo que suceder esto? ¿Por qué tuvo que cargar con tanto sufrimiento? ¿Por qué no pudo curarse a sí mismo?
Grete Häusler (1922-2007), curada, colaboradora de Bruno Gröning durante muchos años y fundadora del "Círculo de Amigos de Bruno Gröning", se refiere a esto en su libro Experimentar la salvación, esta es la verdat: "Bruno Gröning, en su corta estancia sobre esta tierra, hizo mucho bien. El don de ayudar y de curar le fue dado desde su nacimiento. Dondequiera que él llegara sucedían cosas maravillosas que no se pueden explicar con el raciocinio. Públicamente fue conocido en 1949. Después de las grandes curaciones que se produjeron en Herford, y después de que en el interior y el extranjero estaba en boca de todos, a los tres meses se le impuso la prohibición de curar. Se lo persiguió y se lo acosó, se le inició el gran proceso y se lo quiso castigar y condenar. ¿Por qué? ¿A quién le hizo daño? A nadie, pero a miles de personas les hizo mucho bien, lo que no hubieran podido recibir de ninguna otra persona. ¡Aunque era inocente se le quiso castigar! ¡Siendo inocente se le quiso prohibir hacer lo que Dios le había mandado a hacer: ¡Ayudar a los seres humanos! ¡Tuvo que sufrir amargamente esta maldad en Paris, en la Clínica de Cáncer de la calle Henner! Bajo tremendos dolores se quemó interiormente por efecto de la Heilstrom que no podía transmitir a otros. Las leyes humanas en Alemania se lo quisieron prohibir. ¡Frente a todas esas mentiras y calumnias, como acusado estaba él allí como un criminal! Callado y sólo, ningún amigo sabía de él, aguantó el sufrimiento de toda la humanidad. ¡Y qué manera de aguantar, pero no fue en vano! Tuvo que suceder así, de otro modo ya no era posible ayudar a los seres humanos."
Y en su libro Yo vivo para que la humanidad pueda seguir viviendo ella escribe: "Con el uso de la palabra 'sacrificio', nosotros, los humanos, debemos manejarnos muy cautelosamente. Sin embargo aquí, cuando Bruno Gröning moría en Paris, esta palabra es la verdad en toda su dimensión."
Sólo así fue posible que su palabra pudo cumplirse como hoy lo documentan incontables informes de éxito: "Cuando yo ya no esté más en esta tierra como persona, es decir, cuando haya dejado mi cuerpo, entonces la humanidad estará capacitada para que cada uno por sí mismo pueda experimentar ayuda y curación."
El transcurso del gran juicio
Vista de causa de apelación y revisión
Posición principal de Bruno Gröning en desventaja
Durante la vista de causa de apelación en enero de 1958 fue muy desventajoso para Bruno Gröning que no fue él sino la Fiscalía Estatal, la que había hecho la apelación. Pero no sólo esta negligencia de su abogado de aquel entonces le dañó, también la entrega demorada de las actas al nuevo abogado de Gröning obstaculizaron la preparación para el proceso.
En comparación con la primera apelación también resultó desventajosa la forma mucho más segura con que los testigos de cargo expusieron sus declaraciones. Parecían haberse puesto de acuerdo en el punto "prohibición del médico".
Prisión y multa condicional, "una vergüenza", sin aclarar la cuestión de curar
Y esta vez el veredicto decía: Ocho meses de prisión por homicidio negligente y 5.000 marcos alemanes de multa por infracción a la ley de los sanadores naturistas. La sentencia de prisión fue pronunciada en forma de libertad condicional.
La Sra. Anny baronesa Ebner de Eschenbach, que había presenciado tanto la primera como la segunda apelación como espectadora en la sala de audiencia, designó el juicio como "una vergüenza para Alemania".
Bruno Gröning declaró que lo castigaban por hacer el bien. Lamentaba que durante todo el juicio nadie se había interesado cómo sucedía una curación, ni siquiera sus propios abogados. Si se hubiera analizado esta pregunta se habría comprobado que su actuación no tiene nada en común con el tratamiento médico. El proceso hubiera tenido que ser suspendido. Pero la aclaración de esta pregunta ante el juzgado no le interesaba a nadie. Se tenía ya una opinión formada contra Gröning y no se querían distanciar de ella.
Solicitud de revisión poco tiempo antes de su muerte
Pero tampoco esto fue el final del proceso. Esta vez fue Bruno Gröning quien pidió revisión. La fecha de la apelación se fijó para el 22 de enero de 1959 ante el Juzgado Superior de Munich. Pero ya no se llegó a esto porque Bruno Gröning murió en ese mismo mes.
"Su palabra vence la enfermedad"
A pesar del jucio y la prohibición de sanar, seguían ocurriendo las curaciones
Sanación exterior y cambio interno
Durante estas disputas y luchas, Bruno Gröning seguía obrando. Así, en 1957, el periodista especializado en medicina Dr. Horst Mann escribe una serie de artículos en la revista Das Neue Blatt bajo el título "Su palabra vence la enfermedad":
"Al día siguiente viajé de Hamelín a Springe, aquella pequeña ciudad a orillas del río Deister. También aquí se había constituido una comunidad de Bruno Gröning. La curación de una serie de personas fue el punto de partida para ello. Y también aquí lo presencié como anteriormente en muchas otras ciudades pequeñas de la provincia de Schleswig-Holstein, y en Augsburgo, en Hamelín, en Viena, en Plochingen, y otras: había personas que se levantaban y me informaban sobre sus enfermedades. Me nombraban a los médicos que las habían tratado. Relataban de su curación, que se la debían a Gröning. Y siempre estaban dispuestos a levantar la mano para confirmar bajo juramento su declaración.
'A mí ya cuando era una bebé me dislocaron ambas piernas', cuenta la señora Julie Prohnert, de 50 años, de Hanover: ‘Más tarde sólo pude caminar con muletas. El médico solamente pudo aliviar mis dolores. Cuando escuché un discurso del señor Gröning sentí una fuerte reacción. Mi espalda, que ya estaba totalmente encorvada, volvió a enderezarse. Pude volver a caminar. No tuve ninguna recaída...'
'Yo tenía reumatismo en las articulaciones y continuamente me martirizaban eccemas y abscesos. El Sr. Gröning me liberó de eso' decía Wilhelm Gabbert de Hamelín.
'Mis malestares de vesícula eran soportables sólo con morfina' contaba Kurt Severit de Everstorf. 'Le agradezco a Bruno Gröning por haberme liberado de este padecimiento.'
'Yo sufría de una fuerte diabetes' informaba Robert Thies de Springe. 'Pero más peligrosa era una atrofia muscular cardiaca. Ambos padecimientos hoy ya no me molestan. Por eso le agradezco al Sr. Gröning.
Esta serie podría ser continuada. Eran personas de todas las edades las que me informaban: hombres, mujeres y niños. Se enumeraron muchas enfermedades, empezando con el dolor de cabeza, siguiendo con inflamaciones nerviosas, ciática, padeceres de vesícula y riñones hasta alteraciones cardíacas y formas de parálisis.
Pero allí había otra cosa más que me conmovió profundamente. Muy libremente algunos contaban delante de todos los demás oyentes que por intermedio de Gröning habían experimentado un cambio interior. El empeño por el éxito y la orientación egoísta habían cedido a un sosiego y relajamiento interior y a una manera de pensar más social."
La confianza propia hace posible el éxito de la curación para todos los hombres
El Dr. Horst Mann sigue: "Durante todas estas conversaciones con personas que se han sentido curadas por Bruno Gröning, una interrogante se me hizo cada vez más urgente: El éxito de la curación: ¿Es posible en todas las personas, y más aún, en todas las enfermedades? ¿Dónde estaban los límites de la energía que partía de Gröning? ¿No había aquí un peligro? [...]
Durante mi última visita le formulé esta pregunta. 'No puedo ni quiero obligar a nadie', me contestó. 'Cuando alguien se cierra y no lleva en sí la disposición para desarrollar la energía necesaria para entrar en el ordenamiento, entonces a mí también me falta la disposición para intervenir. A esta persona yo solamente le sugiero que rompa el cerrojo del mal que obstaculiza la curación.'
Yo tenía otra pregunta más y dije: 'Cada enfermedad tiene un grado de peligrosidad diferente '. 'Suponiendo que un enfermo grave, desahuciado ya por varios médicos, le llama a Ud. por intermedio de su médico, que aún lucha por él: ¿Ud. podrá ayudarle?'
'Si', respondió Gröning. Lo dijo sin titubear. 'Si el enfermo cree y el médico confía en su camino, llegará el éxito. La confianza común desarrolla en el enfermo energías insospechadas. Muchas veces justo en los casos en que la persona enferma está tan desesperada y se agarra de un pelo, como un náufrago a la tabla, es cuando el éxito llega a menudo instantáneamente."
Separación de la Gröning-Bund
Tiempo para hacer balance del daño
La estrecha burocracia no actúa frente a la multa de Gröning
En octubre de 1957 hubo una discusión entre Bruno Gröning y la gerencia de la asociación Gröning-Bund. Con su estrecha burocracia la Bund había dañado mucho a Bruno Gröning. El motivo de la disputa fue la sentencia del juicio, por el que Bruno Gröning en un plazo muy corto tendría que pagar una multa de 2.000 marcos alemanes. Pero como él no tomaba dinero por su obra y por consecuencia no disponía de suficientes medios financieros, ya al comienzo del juicio la Comisión Directiva de la Gröning- Bund había decidido encargarse de los costos pertinentes. Pero la Comisión Directiva no tenía muy claro, si la multa estaba incluida. En largos procesos burocráticos querían analizar si era la obligación de la Bund pagar esos 2.000 marcos alemanes. Sólo después querían ocuparse de la manera de conseguir ese dinero. Así ya se preveía que los medios necesarios para Bruno Gröning no llegarían a tiempo, si es que llegaban. O sea que la Bund no hubiera intervenido en forma alguna si Bruno Gröning, al no poder pagar la suma requerida, hubiera ido a prisión. Por eso se llegó a una discusión abierta y finalmente a la ruptura.
Falsos amigos
En las 62 páginas de su Balance sobre la actividad de la Bund Bruno Gröning tocó todos los puntos en los que la Bund le causó daños. Resumiendo declaró: "Cuando hoy comparao mis colaboradores de antes (los negociantes Meckelburg, Enderlin, Schmidt y Hülsmann) y mi entorno actual (miembros de la Comisión Directiva de la ‘Bund’) llego a la misma conclusión: estoy hoy en la misma situación que antes. Hoy, por medio de los que quieren ser mis amigos más íntimos y cercanos, no ha sucedido nada diferente a lo anterior. En aquel entonces me estafaron unos tipos cochinos. Hoy me fallaron mis amigos, admitiendo tranquilamente que por juicios, por sentencias, por no recibir ayuda, por no poder acudir a mis comunidades sin coche, por no actuar contra los ataques en la prensa, por armar desconciertos, por el simple hecho de no estar a mi disposición cuando necesitaba gente que gracias a su grado de instrucción y su posición social me hubieran podido y me deberían haber ayudado; por todo ello no he podido realizar aquello para lo que vine a este mundo expresamente.
Ninguno de estos amigos invirtió su ‘Yo’ para luchar por liberarme, ninguno tuvo realmente el coraje de abogar por mí. Nada sucedió. En forma pedantemente burocrática se han tomado resoluciones tras resoluciones. Ninguno se puso realmente de mi lado, ninguno se propuso firmemente hacer todo lo posible para que disminuyieran todas esas luchas en los juicios, en la prensa, para proporcionarme un colaborador que me ayudara con el coche - que estaba malogrado , nadie que me ayudara en contra de la suciedad y las calumnias, etc., etc.. Nadie me ha protegido para que yo pudiera dedicarme a todo aquello, para lo que estoy en este mundo: Transmitir a los seres humanos la energía vital y conducirles hacia la fe.
Para ello necesito paz y tranquilidad y no debo estar estorbado constantemente por influencias externas y mundanas. Necesito una verdadera mole de protección a mi alrededor para poder dejar surtir efecto a lo que me fue dado, nadie pensó en eso, nadie de mis amigos, ni aquéllos que querían ser mis amigos. Y lo más vergonzoso y lo que más me desilusiona es:
-Los negociantes querían sacar su ventaja y fueron descubiertos como malas personas.
-Los amigos de la Gröning-Bund son demasiado flojos, demasiado indiferentes, cómodos, no quiero decir que sean malos.
Y el resultado es el mismo: No he sido liberado. Muchos amigos de la directiva de la ‘Bund’ no han cumplido con su promesa. Con todas las disposiciones sólo se me ha amordazado."
Fracaso del camino asociativo
El Sr. Weisser renunció y la Gröning-Bund, a la cual no se había logrado inscribir en el Registro de Asociaciones, se deshizo al poco tiempo. En su lugar se fundó en el año 1958 la Asociación para el Fomento de Principios de Vida Psico- Espirituales y Naturales. Sus presidentes fueron Erich Pelz en Alemania y Alexander Loy en Austria. Pero tampoco esta última asociación fundada en vida de Bruno Gröning pudo rendir lo que él había esperado de ella. En los estatutos ni siquiera aparecía su nombre.
El gran juicio (1955-1957)
Denuncia por homicidio por negligencia y absolución con una prohibición definitiva para curar
El 4 de marzo de 1955 la fiscalía del Estado volvió a sostener un cargo contra Bruno Gröning. Nuevamente se le acusaba de haber atentado contra la ley de los sanadores naturistas. En otro punto de la acusación se le inculpó de homicidio negligente en un caso.
Gröning contradice promesas de curación que le son imputados, así como haber ejercido prácticas médicas prohibidas
Después de que le fue entregada la carta de acusación él se dirigió a sus amigos: "Mis queridos amigos: En estos días la totalidad de la prensa y de las radioemisoras han publicado en forma más o menos tendenciosa una noticia sobre mí que les informaba que la IIª Fiscalía Estatal de Munich ha preparado una acusación contra mí por homicidio negligente. Dicen que a fines de 1949 le prometí la curación a una niña de 17 años, enferma de tuberculosis, y que he impedido que se la interne en un sanatorio y que le visite un médico. Que yo soy culpable de la muerte de este joven ser humano. El que haya leído o escuchado estas noticias con un raciocinio claro, habrá reconocido, lo que se intenta con ellas: lograr el desconcierto entre mis amigos y evitar que los necesitados se aboguen con interés a nuestros esfuerzos y que se aparten del tesoro de conocimientos proclamados por mí. Con todos los medios tratan de contrarrestar tanto mis actividades como las de la Gröning-Bund así como las vuestras. Lógicamente las cosas son diferentes de lo que se las presenta. A mis amigos no tengo que darles explicaciones al respecto, ellos saben que yo no hago 'promesas de curación' y que nunca desaconsejo los tratamientos médicos."
Lo extraño es que las investigaciones se retoman muy tarde
Gröning habla a sus amigos: "En 1952 fui absuelto. ¿No es extraño que el "caso Kuhfuss" que sucedió a finales de 1949-50 no fue abierto nuevamente en el pleito contra mí en los años 1951-52, a pesar de que ya disponían de toda la documentación correspondiente? ¿No llama la atención, que las investigaciones para el inicio de un nuevo juicio contra mí comenzaran justo en el momento en que se publicó que el 22 de noviembre de 1953 fue creada en Murnau la asociación Gröning-Bund. Es decir que desde enero de 1954 varios dirigentes locales de las comunidades y amigos como también los asociados nacionales fueron interrogados y observados por la policía."
Se rechazan los testigos de la defensa y los testigos de la parte actora son bienvenidos
Los preparativos para el juicio se extendieron por más de dos años. Se dificultó notablemente la defensa de Bruno Gröning. Casi todos los testigos de descargo fueron rechazados, pero sin embargo los testigos de la fiscalía fueron admitidos. Entre ellos se encontraban dos ex-colaboradores de Gröning: Eugen Enderlin y Otto Meckelburg. Sobre todo Meckelburg, que en el primer juicio fue aún co-acusado, se dirigió en forma extremadamente cortante contra Gröning. Puso en marcha todo lo posible para perjudicarlo. En el punto de acusación por homicidio negligente ocupó Meckelburg un rol decisivo. Se trataba de un caso ocurrido durante su época de actividad de manager para Gröning.
El caso litigioso manipulado de Ruth Kuhfuss
En noviembre de 1949 el empleado de la Caja de Ahorros Emil Kuhfuss, con su hija Ruth de 17 años, enferma de tuberculosis en ambos pulmones, había asistido a una de las conferencias de Bruno Gröning. Gröning de inmediato reconoció que la niña ya no tenía curación y comentó esto a un médico presente. Pero Meckelburg insistió decididamente de que se haga cargo de este caso. Así después de la conferencia hubo un encuentro personal entre Bruno Gröning y Ruth Kuhfuss. Gröning alentó a la enferma y le aconsejó al padre que después de nueve días consulte a un médico especialista. Con eso quiso lograr que la niña, que ya no quería saber nada más de los médicos, vuelva a ponerse al amparo de la medicina. El padre aseguró que se ocuparía de ello.
La correspondencia en lo sucesivo fue llevada por Meckelburg y no alcanzó a llegar hasta Gröning. A principios de mayo de 1950 volvió a saber de Ruth Kuhfuss. Anteriormente el padre había mandado cartas de súplica pidiendo que lo vaya a visitar: Pero Meckelburg no le hizo llegar estas cartas a Gröning sino que acordó por su cuenta una cita con Kuhfuss, sin el conocimiento de Gröning. Solo antes de la fecha del encuentro Meckelburg informó a Gröning y le obligó a acompañarle.
Más tarde Meckelburg declaró que Bruno Gröning le había dado una promesa de curación a la niña. Y en verdad era él mismo quien le había asegurado al padre que él conseguiría que Gröning curara a su hija. Meckelburg veía en aquel empleado de banco una buena fuente de dinero que él quería aprovechar, pero para ello necesitaba a Gröning. Poco después de esta visita Gröning se separó de Meckelburg.
Contra Bruno Gröning fue elevada una acusación grave: que él le había prohibido a Ruth Kuhfuss que un médico la tratase. En contra de esto estaba el hecho constatado hasta por testigos presentes en el tribunal, que ya en el primer encuentro él la había mandado a ver a un médico. También en un discurso por radio en otoño de 1949 aconsejó a la gente que "siga haciéndose auscultar por los médicos hasta tener la plena curación." A los que venían en busca de ayuda siempre les recomendó que confíen en sus médicos.
Ruth Kuhfuss, que ya se había sometido a varios dolorosos procesos curativos sin éxito alguno, se negaba a someterse a más tratamientos. El 30 de diciembre de 1950 murió a consecuencia de su enfermedad.
El dictamen médico confirma que una curación no era posible
Desde el punto de vista médico y en un dictamen describió el Dr. Otto Freihofer con respecto al caso de Ruth Kuhfuss: "Observando objetivamente cualquier laico tiene que llegar a la convicción, como también fue expresado por el Ministerio de Salud de Säckingen que a la vista del grave estado, con peligro de muerte, según los médicos y según todas las opiniones y consideraciones humanas, una curación no era posible. De igual modo, cualquier médico sincero que piense 'sine ira et studio' y que no se crea demasiado seguro de si mismo debe desistir de las fuerzas de la naturaleza por hallarse en poder de los preparados más modernos, tendrá que aprobar el dictamen del Dr. Prof. Lydtin de Munich, según el cual 'no se puede decir, que antes del 5 de noviembre de 1949 haya habido un alto grado de probabilidad para una curación.' A mi juicio es más que extraño que la paciente haya vivido hasta el 30 de diciembre de 1950, por lo que la influencia de Gröning pudo haber ocasionado una cierta prolongación de la vida. Resumiendo, quiero concluir mis comentarios de dictamen de tal modo que las declaraciones: acerca de que ‘hubo posibilidades de curación’,acerca de que ‘la vida de la paciente Kuhfuss hubiera podido ser alargada aún más, si el Sr. Gröning no hubiera intervenido nunca' no son predecibles con certeza y por eso tampoco son justificadas."
La sentencia desgraciada
A finales de julio de 1957, en la sala del Tribunal del Jurado de Munich se concretó la vista de la causa. Bruno Gröning fue absuelto en el punto del homicidio por negligencia. Por infracción a la ley de los sanadores naturistas le fue impuesta una multa de 2.000 marcos alemanes.
A pesar de que a primera vista la sentencia parece positiva, para él fue inaceptable. Significaba la prohibición definitiva de su obrar. Por un error de su abogado, quien evaluaba la sentencia mucho más positivamente que Gröning, no fue él quien pidió apelación sino la misma fiscalía. La segunda vista de la causa tuvo lugar a mediados de enero de 1958, también en Munich.
La Gröning-Bund (la "Liga- Gröning")
Esperanza de poder actuar libremente, a través de una asociación
Para llegar a un gran número de personas, a pesar de la prohibición de curar, Bruno Gröning había creado ya comunidades a principios de los años cincuenta. Allí sólo daba conferencias y ponía su mayor afán en transmitir su saber a los que venían en busca de ayuda.
Protección legal y una junta directiva prestigiosa
El 22 de noviembre de 1953 hizo crear en Murnau/Seehausen la asociación Gröning-Bund. Esa organización debería ser inscrita en el registro de las asociaciones y le debería brindar a Bruno Gröning la protección legal para sus actuaciones. Así se evitaría definitivamente otro conflicto con la ley de los naturópatas.
A la junta directiva de la Gröning-Bund pertenecían, entre otros, el Conde Zeppelin, el Conde Matuschka, Anny Baronesa de Ebner von Eschenbach, el Superintendente de obras, el Ingeniero Hermann Riedinger y el Director Konstantin Weisser, al principio, y como miembro fundador, también Rudolf Bachmann, del cual se separó la "Bund" muy pronto. Bruno Gröning fue nombrado presidente vitalicio.
Las ganas de ganancias del secretario vencen por encima del bienestar de los curados
El periodista y lector Egon Arthur Schmidt, de Heidelberg era el Secretario de la "Bund". Ya en Herford estuvo muy cerca al "doctor milagroso" y había creado el Círculo de Amigos de Bruno Gröning. Sin embargo éste no funcionaba según los requerimientos de Bruno Gröning y fue disuelto después de poco tiempo. Gröning se separó de Schmidt en aquel entonces porque éste había malversado dinero de los donativos.
En 1952 Schmidt nuevamente se dirigió a Gröning declarando haber reconocido sus faltas. Pidió poder ayudar a la organización de la empresa y Bruno Gröning volvió a tomarlo como colaborador. Así Schmidt nuevamente tuvo la oportunidad de demostrar si realmente le importaba el bienestar de los enfermos o si sólo pensaba en su propia ventaja económica.
En 1955, el Sr. Gröning se separó definitivamente de Schmidt, ya que éste no había cambiado su mentalidad. Ahora igual que antes trataba de sacar provecho de los dones de Gröning. Después de la separación, Schmidt intentaba iniciar varios juicios contra Gröning, ya que pretendía conseguir posteriormente una paga por sus servicios prestados de forma voluntaria.
¿Quien está al servicio de quién y para qué?: ¿El "Bund" sirve a la actuación de Gröning o sirve la actuación de Gröning al "Bund"?
De la administración de las finanzas se encargaron Konstantin Weisser y Hermann Riedinger. Esto parecía ser por un lado muy prometedor, porque eran hombres del mundo y su cultura podía ser útil para la obra de Bruno Gröning. Pero también conllevaba el peligro de que pudieran actuar de manera arrogante en contra de la voluntad del obrero sencillo, ya que él no tenía su nivel cultural.
Con el tiempo el desarrollo iba exactamente en esta dirección y cada vez les era más difícil a los dos hombres aceptar órdenes de Bruno Gröning. Parecían haber olvidado que la "Bund" no sólo llevaba el nombre de Bruno Gröning sino que también sólo existía gracias a él. Para ellos la Gröning-Bund se convertía cada vez más en su meta absoluta. La verdadera finalidad, de ayudar a los necesitados, la habían perdido de vista. Parecía que no querían ya comprender, que era Gröning a través de quien sucedían las curaciones y no a través de la Liga.
Así la Gröning-Bund se iba desarrollando más y más en sentido contrario de lo que en realidad debería ser. Para el hombre, cuyo nombre llevaba, la "Bund" se convirtió en una cárcel que en vez de liberarle, le iba restringiendo cada vez más.
El primer juicio tras la prohibición de curar (1951-1952)
¿Entra la actividad de Gröning en una actividad curativa en el sentido médico?
Denuncia por práctica ilegal de la medicina
Entre 1951 y 1952 Bruno Gröning tuvo que comparecer en Munich por primera vez ante el tribunal por practicar ilegalmente la ciencia médica. A pesar de que el Ministerio del Interior de Baviera había aceptado su actuación en 1949 como actividad libre de caridad, ahora se la valoraba como una actividad curativa de índole médica.
La acusación se basaba en la Ley de los Sanadores Naturistas del año 1939, la que sustituyó a la que otorgaba la libertad de curar, que hasta entonces había tenido validez, y que ponía en aquel entonces la actividad curativa en manos de médicos nacional-socialistas.
El "si" y el "no" ante la infracción de la ley de los naturópatas
Bruno Gröning fue absuelto, tanto en la primera como en la segunda instancia. El Presidente del Tribunal de la Jurisdicción de Munich declaró en su proclamación en marzo de 1952:
"El tribunal consideraría audaz sentenciar al acusado en base a un dictamen unilateral. Ya que si la actividad del Sr. Gröning realmente caía bajo la ley de los naturópatas es más que dudoso, debido a que entra en un terreno que hoy día aún es muy poco investigado."
A pesar de que en el juicio de apelación fue reconfirmada la absolución, la actuación de Bruno Gröning fue claramente nombrada una actividad curativa en el sentido de la ley de los sanadores naturistas:
"Con ello, el acusado ha ejercido en seres humanos sin autorización y sin licencia de médico la actividad de constatar, curar o aliviar las enfermedades, padecimientos o lesiones corporales, lo que debe considerarse de la ciencia médica en el sentido de la ley de los naturópatas. [...]"El error de exclusión de culpabilidad es igual a una prohibición de curar
La sentencia sigue: "El acusado no puede ser condenado porque se consideró que estaba en un estado equivocado sin culpabilidad en lo que se refiere a la característica objetiva del hecho de ejercer la actividad médica y así no actuó deliberadamente de mala fe."
Ya que el error de exclusión de culpabilidad en el cual se encontraba Bruno Gröning supuestamente debido a que fue aclarado por la sentencia, éste juicio fue equivalente, a pesar de la absolución, a una sentencia judicial de prohibición de curar. A partir de entonces, Bruno Gröning debía saber que su actuación significaba ejercer la ciencia curativa y caía bajo la ley de los sanadores naturistas y que le estaba prohibido como tal. No se reconocieron los verdaderos nexos causales de su obrar, según los cuales, su manera de actuar no tenía nada que ver con la actuación curativa en el sentido médico.
Estafadores son tolerados
Bruno Gröning le da a todo ser humano la oportunidad de cambiar
Pagos forzados: Colaboradores muestran su verdadera cara
Repetidas veces se le presentaron a Bruno Gröning personas con el pretexto de apoyarle, pero la mayoría de ellos sólo se interesaba por hacer negocios con sus dones. Parecía que la atracción para esa clase de personas era irresistible. Cuando no lograban sus propósitos o cuando el Sr. Gröning se separaba de ellos, a menudo trataban de obligarle, por medio de extensos procesos, a que pagara grandes sumas de dinero.
Así, por ejemplo, la Sra. Hülsmann que junto con su esposo acogía a Bruno Gröning en su casa de Herford, en marzo de 1949 por agradecimiento para la curación de su hijo. Después de que vió que no podía ganar dinero con Bruno Gröning, lo demandó ante el Tribunal de Trabajo e hizo que ese tiempo que ella había puesto gratuitamente a disposición de Gröning, fuera considerado posteriormente como tiempo de trabajo y exigía su paga. Hasta el final de su vida, Bruno Gröning tuvo que pagarle una cuota mensual. Esto no fue un caso aislado. De esta manera o de modo parecido, muchos de sus colaboradores anteriores dieron a conocer su verdadera cara.
"También tenían que existir estas personas para destacar quien es el ser humano"
Pero: ¿Por qué permitía Bruno Gröning que esos presuntos ayudantes se le acercaran tanto? ¿Por qué no mantenía a distancia a aquellos "negociantes"? En un discurso, el 31 de agosto de 1950 en Munich él habló de este tema: "Lo que la gente no ha dejado de hacer hasta ahora es tratar de sacar provecho financiero de los dones y el saber de este pequeño hombre. Creyeron haber encontrado una mina de oro. En parte también tuvieron la posibilidad de ganar dinero, pero gracias a Dios que no tienen ningún provecho. También debe haber esta clase de gente para demostrar cómo es la persona, y que hay personas que no tienen ningún escrúpulos y que ni siquiera preguntan si el enfermo recibe ayuda o no. Hay personas que son completamente desconsideradas, que pueden ver tranquilamente a un enfermo tirado. Esta gente nunca ha preguntado por él, han tratado por todos los medios de estar cerca de mí. Sé que aquí y allá se formula la pregunta: ¿Si este hombre sabe tanto, por qué no supo eso, tal vez no sepa nada? Si sé algo y hasta qué grado, lo sabrá paulatinamente. Pero ésto tenía que ser así. Este material faltaba para esta construcción, para dejar el camino libre para todos ustedes."
"… entonces cada uno sabrá quienes son"
Grete Häusler (1922-2007), curada, durante muchos años colaboradora de Bruno Gröning y fundadora del "Círculo de Amigos de Bruno Gröning", escribe en su libro Aquí está la verdad acerca de y en torno a Bruno Gröning el siguiente acontecimiento: "Una vez me despedí del Sr. Gröning con mis mejores deseos diciéndole: 'Sr. Gröning, le deseo que tenga tranquilidad para poder actuar y que no sea atacado por ningún falso colaborador'. El me contestó para mayor asombro mío: ¡Totalmente falso, ésto debe ser así! En ese entonces yo no lo entendí, pero él me explicó por qué tenía que hacer y soportar todo éso. Con ello me confió un gran secreto: 'Sé lo que lleva una persona dentro de sí. Si ahora yo le digo a la gente: éste es un mentiroso, éste es un estafador, un ladrón, nadie me lo creería. ¿Qué debo hacer? Debo atraer a estas personas, enseñarles lo bueno, instarlos a la conversión y luego darles la oportunidad de mentir, de estafar y de robar. Si ahora lo hacen a pesar de ésto, entonces todo el mundo sabe quienes son. Entonces los dejo que se me acerquen y no soy cobarde, entonces lucho.'"
Nuevos caminos y callejones sin salida
Especuladores alrededor del Sr. Gröning
Un mánager que se nombró el mismo mánager de Gröning, tiene exigencias exclusivas
En agradecimiento por la curación de su esposa, Otto Meckelburg, un empresario de Wangerooge, quiso ayudar a Bruno Gröning y le presentó planes concretos para la construcción de sanatorios. Bruno Gröning aceptó y Meckelburg se convirtió en su mánager.
A finales de diciembre se dirigieron ambos hacia Wangerooge. Bruno Gröning habló aquí en reuniones organizadas por Meckelburg y efectuó innumerables curaciones. Dió toda su confianza a este hombre. En una declaración certificada del 8 de enero deposita por completo el futuro de su obra en manos de Meckelburg:
"El Sr. Gröning declara su acuerdo con el plan del Sr. Meckelburg, y se compromete a poner a disposición su persona y todo su esfuerzo personal para el logro del objetivo de suministrar al Sr. Meckelburg toda clase de apoyo para la fundación de la Asociación y para las actividades posteriores de la Asociación, asimismo va a hacer todo lo que esté al alcance de sus fuerzas para llegar a los objetivos propuestos. Además el Sr. Gröning se compromete tanto con el Sr. Meckelburg personalmente, como también con la Asociación que se está creando a cumplir los fines arriba mencionados. El Sr. Gröning se compromete también a que este apoyo no sea brindado a ninguna otra persona, ni ningún otro círculo de personas. Practicará sus actividades exclusivamente en la Asociación y sólo con el consentimiento del Sr. Meckelburg."
En enero mismo Meckelburg fundó la Asociación para la investigación de los métodos curativos de B. Gröning. Él mismo se puso de presidente y se adjudicó un sueldo mensual de 1.000 marcos alemanes. Bruno Gröning no recibía dinero. Resultó que Meckelburg no cumplió con su promesa. Él sólo vio en Gröning una fuente de dinero y despectivamente lo denominaba su "mejor caballo en el establo". Los enfermos le eran indiferentes. Había ligado a Gröning con el contrato y el "sanador milagroso" tenía que hacer lo que él le pedía.
No antes de junio de 1950 Gröning logró separarse de Meckelburg y éste amenazó con vengarse: "Al Gröning lo voy a despedazar, le voy a quebrar todo el esqueleto."
Un naturópata con ofertas para discursos
Después, Gröning trabajó algunos meses con el naturópata Eugen Enderlin de Munich. Éste había recibido una curación en el Traberhof y le ofreció a Bruno Gröning su consultorio para dar algunos discursos. Pero también Enderlin resultó ser un negociante. Su interés no era el de ayudar, sino el de sacar beneficios con el "fenómeno Gröning". Hacia finales de año, Gröning se separó de él, y también una segunda colaboración con él en los años 1952/53 fracasó por las mismas causas.
Un sanador que solo mira por su carrera
En la época subsiguiente Gröning dió conferencias en el Hogar de Huéspedes de Weikersheim en Gräfelfing. El periodista Dr. Kurt Trampler lo albergó en su casa y le organizó las reuniones. Ya conocía a Gröning desde el otoño de 1949. En ese entonces, él había acudido al Traberhof como reportero para un periódico de Munich y sin esperarlo había recibido la curación de un padecimiento en una pierna. En agradecimiento escribió el libro La Gran Conversión e intercedió a favor de él ante las autoridades. Parecido como en el caso de Enderlin los discursos en Gräfelfing estaban muy frecuentados. Ocurrieron curaciones increíbles. Pero también la relación con Trampler quebró. El creyó un día, haber aprendido lo suficiente de Gröning, se separó de él y trabajó como sanador independiente.
La Traberhof: Multitudes en Rosenheim
Hasta 30.000 personas en búsqueda de ayuda acuden a diario ante Gröning en Septiembre de 1949
Después de que terminaron las investigaciones en Heidelberg, en agosto de 1949, Bruno Gröning se dirige al sur de Alemania. Quería huir del barullo que se hacía alrededor de su persona y se retiró a una hacienda particular en Rosenheim cerca de Múnich. Al principio fue posible mantener secreto el lugar de su estadía. Pero después de que los primeros periódicos habían informado sobre su llegada a Baviera, se desencadenó una verdadera avalancha en masa.
Hasta 30.000 personas acudían diariamente al Traberhof en Rosenheim. La prensa, la radio y el noticiero semanal informaban. Hasta se rodó una película de cine que llevaba el título de "Gröning" y que documentaba los acontecimientos a su alrededor.
Escenas Bíblicas
En una edición especial en la segunda semana de septiembre el Zeitungsblitz escribe: "Mientras tanto se habían reunido más de diez mil personas que esperaban bajo un calor sofocante durante horas al gran momento en que Bruno Gröning apareciera en el balcón y que hablara a la muchedumbre, irradiando su energía curativa. Las personas estaban apretujadas para recibir plenamente las "irradiaciones curativas". Y ya comenzaban las reacciones entre los enfermos graves en sus sillas de ruedas y asientos, o en los que estaban de pie en la periferie. Otra vez comenzaban a ver los semiciegos, nuevamente se levantaban los que hasta este momento habían sido cojos, los paralíticos volvían a mover sus extremidades. Centenares de personas comentaban que sentían dolores más intensos en las partes afectadas, que sentían tirones, punzadas o cosquilleos, que tenían una sensación indescriptible de "liviandad", o de la desaparición espontánea de dolores de cabeza."
No sólo en el Traberhof ocurrieron escenas bíblicas. En todas partes donde aparecía Gröning, en menos que canta un gallo, estaba rodeado de incontables enfermos. Anita Höhne describe la situación de Gröning en su libro Sanadores Espirituales de Hoy: "Bruno Gröning, con sólo anunciar su llegada ya desencadenaba peregrinajes. Típicas son las escenas que observó el periodista Rudolf Spitz durante una visita a Gröning en septiembre de 1949 en Múnich:
'A las 19 horas había unos cuantos de miles que estaban de pie en la calle Sonnenstrasse. A las 22:30 todavía estaban allí. En 5 años de guerra he vivido muchas cosas, pero nunca estuve más conmovido que en las cuatro horas que pasé sentado frente a Bruno Gröning, presenciando un espantoso desfile de miseria y padecimiento: Epilépticos, ciegos, paralíticos con muletas se le acercaban apiñándose. Madres le ofrecieron sus hijos paralíticos en sus brazos. Hubo desmayados, se escucharon gritos, llamadas insistentes de socorro, rezos, plegarias, lamentos.'"
Organos Estatales se muestran benévolos
Anita Höhne sigue citando al periodista Rudolf Spitz: "'Enfermos en camillas, paralíticos, una gran muchedumbre fue observada por otro periodista de Munich: el Dr. Kurt Trampler. El también estuvo en el Traberhof de Rosenheim, donde vivía Bruno Gröning en aquel entonces. Trampler vino como reportero del semanario Münchner Allgemeine. Era un periodista objetivo que sólo anotaba lo que él mismo veía y escuchaba: Ahora desde el balcón escuchamos una voz que no es la de Gröning y corremos hacia la ventana. El Presidente de la Policía de Munich, el Sr. Pitzer habla a los reunidos. Él informa que un padecimiento de ciática que le había atormentado durante varios años se atenuó con la presencia de Gröning. Pitzer seguramente no es un hombre que tiende a imaginaciones hipersensibles, pero lo que él observó en sí mismo lo pudo atestiguar. Ahora se declara abiertamente a favor de Gröning y el diputado Sr. Hagen, del partido político CSU, habla a continuación haciendo una declaración similar.'"
También las autoridades de Baviera se mostraban complacidas con Bruno Gröning. El periódico Münchner Merkur publicó el 7 de septiembre de 1949 un artículo con el título: "Afecto y simpatía hacia Bruno Gröning": "El Ministro-Presidente Dr. Erhard declaró el lunes en una conferencia de prensa que a una "personalidad tan extraordinaria" como la de Bruno Gröning no se la debe dejar fracasar a causa de artículos de ley. Según su punto de vista en Baviera no habría mayores obstáculos para otorgar a Bruno Gröning el permiso de curar."
El Ministerio Estatal del Interior de Baviera al cierre de la edición da a conocer: "La revisión provisoria de la actuación curativa de Bruno Gröning dió como resultado que puede ser consideraaa una actividad libre de caridad, y de esta manera no está sujeta a permisos según la Ley de los Sanadores Naturistas."
Después de deslustrarle, se pasa a la documentación médica de las curaciones
En el Traberhof se hacía un gran barullo alrededor de Bruno Gröning. Aparecieron muchos negociantes que querían sacar capital de sus habilidades. Esto perjudicó la reputación de Gröning y produjo un distanciamiento de las autoridades. Cuando la situación ya se puso intolerable, Gröning se retiró a las montañas bávaras. Quería estudiar algunas ofertas sobre la construcción de sanatorios. Su objetivo era crear unas instituciones en las que los necesitados podían lograr la curación en un marco legal. Los médicos deberían hacer las pruebas previas y posteriores, según el modelo de Heidelberg, y deberían documentar las curaciones ocurridas.
El "fenómeno Gröning" y la ciencia
La comprobación médica en Heidelberg promete editar un informe facultativo
En los tiempo de Herford, comenzaron especialistas en medicina y colaboradores de la revista Revue investigar las curaciones de Gröning. El médico y psicólogo Prof. Dr. H.G. Fischer de la ciudad de Marburg viajó con un grupo de periodistas especializados a Herford. Allí conversó con curados y asombrado llegó a la conclusión que el "método" de Gröning efectivamente era exitoso. En consecuencia la revista Revue se decidió a colaborar en la aclaración científica del "fenómeno Gröning". En la Clínica Universitaria de Heidelberg sería investigado el "método curativo" del "doctor milagroso".
Bruno Gröning aceptó las propuestas de Fischer, pues éste le había prometido un peritaje positivo, si la acción resultaba favorable. Gröning confió en haber encontrado un camino para poder actuar libremente.
Curaciones ante los ojos de los médicos: "Bruno Gröning no es ningún charlatán"
El 27. julio comenzaron las investigaciones. Las personas en las cuales él tendría que demostrar sus habilidades, fueron elegidas de entre las 80.000 cartas de peticiones que le habían llegado. Además fueron seleccionados algunos pacientes de la Clínica Ludolf-Krehl de Heidelberg. Todos ellos fueron examinados previa y minuciosamente y se elaboraron diagnósticos exactos. A continuación fueron presentados a Gröning, quien aplicaba "su método" en ellos y mientras tanto, siempre estaban presentes algunos médicos. Ellos fueron testigos de cómo desaparecían las enfermedades, en parte espontáneamente. Las pruebas posteriores hechas en la clínica confirmaron las curaciones. Incluso padecimientos incurables como la enfermedad de Bechterew fueron curados.
En uno de los peritajes previos publicados en la revista Revue, el profesor Dr. Fischer declaró expresamente que Bruno Gröning no era un charlatán sino un médico del alma con un talento natural. Con eso trataba de explicar, desde su punto de vista, el "fenómeno Gröning", pero sin hacerle justicia.
Gröning rechaza especulaciones
El peritaje final iba a ser redactado después de la evaluación de todos los resultados. Le garantizaron que el camino para su obrar en el futuro estaría definitivamente libre. Mientras tanto, los profesores Fischer y el Sr. von Weizsäcker (bajo cuya tutela estaba todo este peritaje), le hicieron la siguiente propuesta a Bruno Gröning: ellos querían construir sanatorios, en los cuales él debería actuar junto con los médicos. Pero la dirección y la selección de los pacientes quedaría en manos de ellos.
A ésto Bruno Gröning: "Las condiciones financieras y demás que al respecto me fueron impuestas por el profesor F. eran para mí inaceptables. Claro que sobre ésto se llevaron a cabo muchas conversaciones, también con señores que querían financiar este proyecto. Yo no pude declararme de acuerdo con las propuestas del profesor F. y las rechacé, porque: no dispongo de un sólo penique de dinero, así que no pude aceptar ninguna clase de compromisos financieros que no podría cumplir; nunca he pensado en hacer un negocio de todo este proyecto. Por eso, todo ésto fue para mí una exigencia imposible. Además yo sólo quería hacer aquello que me fue dado para mi misión: ayudar a los necesitados y, por lo tanto, ponerme a disposición de los médicos y psicoterapeutas, pero nunca para hacer un negocio de todo ésto."
La ausencia del dictamen y el conflicto potencial con la ley
La actitud de rechazo de Bruno Gröning hizo que los profesores perdieran el interés en él pronto. El peritaje prometido nunca fue escrito. En vez de facilitarle una actuación libre, le pusieron nuevos obstáculos en el camino. En el transcurso de las investigaciones, fueron relacionados sus "métodos de curación" con los términos "paciente", "tratamiento", etc. y evaluados como actividades médicas. Con éso se logró una situación conflictiva con la Ley de los Sanadores Naturistas.
1949 - En el centro de la atención pública
El actuar de Bruno Gröning en Herford
Miles de enfermos y personas en busca de ayuda acuden a Gröning
Dieter Hülsmann, de 9 años, ya estaba postrado en cama desde hace tiempo. Sufría de distrofia muscular progresiva y ninguno de los profesores y médicos que lo atendieron pudieron ayudarle. Después de que Bruno Gröning se ocupó del niño, éste volvió a caminar. El ingeniero Hülsmann, avasallado por la curación espontánea de su hijo, le pidió a su huésped que se quedara. Quería invitar a más enfermos para que el "hombre milagroso", según Hülsmann, los cure.
Bruno Gröning aceptó el ofrecimiento y día tras día venían más necesita-dos. Cada vez más personas se enteraban de los sucesos milagrosos alrededor de Gröning. En poco tiempo su nombre estaba en boca de todos. Los periódicos informaban sobre el "doctor milagroso" y en la zona británica fue el tema del día. Miles de personas acudían a la plaza de Wilhelm y enormes muchedumbres ase-diaban la casa.
Manfred Lütgenhorst del diario Münchner Merkur escribió el 24 de junio de 1949, entre otras cosas: "Cuando llegué a Herford a las 10:30 horas de la mañana, delante de la pequeña casa de dos pisos en la plaza Wilhelmsplatz había unas mil personas. Era una imágen indescriptible de miseria. Incontables paralíticos en sillas de ruedas, otros cargados por sus familiares, ciegos, sordomudos, madres con hijos idiotizados y paralíticos, viejitas y muchachos jóvenes se aglomeraban y gemían. Casi cien coches, camiones y autobuses aparcaban en la plaza y todos habían venido desde muy lejos."
Parálisis, úlceras de estómago, cegueras: "El Sr. Gröning me miró y ahora estoy de nuevo completamente sano."
Manfred Lütgenhorst sigue preguntando: "¿Usted cree que se curará?" les pregunté a los enfermos. Asentían afirmativamente. "¡Ayer tendría que haber estado aquí!" me contestó uno. "El señor Gröning estaba en Viersen en Renania y aquí en el patio se levantaron cinco paralíticos y se fueron caminando a sus casas. Curación a distancia (telepática) - el lugar los curó." Los demás enfermos lo confirmaron.
Seguía caminando por entre la muchedumbre y taquigrafiaba sus milagrosos relatos. Solamente éstos ya alcanzaban para llenar un libro. Cuando me encendí un cigarrillo, un joven a mi lado me pidió que le vendiera uno. Llevaba una chaqueta de uniforme y parecía uno que volvía de la prisión en Rusia. Le dí el cigarrillo. Se lo encendió y dijo con picardía: "Ve, ahora ya puedo hacer nuevamente todo solo!" Al mismo tiempo movía su brazo derecho con todos los dedos y su pierna derecha. "¿Usted también fue curado por Gröning?" le pregunté. "Sí, en Rusia me agarró una parálisis en todo el costado derecho, el señor Gröning me miró y ahora estoy completamente sano, ¡todavía no puedo comprenderlo!" Alegremente balanceaba sus extremidades.
Yo me dirigí hacia un grupo que rodeaba a una señora canosa de unos cuarenta años. "Pues claro" yo le escuchaba decir a la señora, "que me he curado con el señor Gröning. Yo tenía grandes úlceras de estómago, perdía más y más peso y de tantos dolores ya no podía dormir más. Doce personas estuvimos donde el Sr. Gröning. [...] A mí me miró y en eso me pareció como que las úlceras se cayeran al suelo como si fueran piedras. Desde entonces ya no tengo más dolores, estoy engordando y las radiografías que me tomaron muestran claramente que las úlceras han desaparecido. Yo me he puesto a disposición de la comisión auscultadora de médicos. ¡No se imagina lo asombrados que estuvieron!"
Y la señora continuaba: "¡Pero eso no es nada! La semana pasada había un ciego aquí en el patio. Estuvo esperando varios días y noches. Como yo a menudo paso por aquí, me llamó la atención. Me daba pena y lo invité a almorzar. "No", rechazó mi ofrecimiento, "no debo perderme el momento en que el señor Gröning salga!" Entonces le traje unos sandwiches y le dije que yo me encargaría de que lo llevaran a la estación. "No necesito a nadie que me acompañe, porque podré ir sólo a la estación." Y entonces yo lo viví con mis propios ojos. El señor Gröning vino y el joven gritó: "¡puedo ver otra vez!" Y realmente, el velo en sus ojos había desaparecido. El describió la cartera que yo llevaba en mis manos, decía: "allá va un coche y esa es la placa con el número" y encontró solo el camino hasta la estación. Todos los que estaban cerca de él lloraban de alegría."
Prohibición de curar por parte de las autoridades y el cuerpo facultativo médico
Al poco tiempo, las autoridades, y sobre todo las de la Salud Pública, comenzaron a interesarse por el caso. Se constituyó una Comisión de Investigación y a Bruno Gröning se le impuso la prohibición de curar. Algunos médicos influyentes fueron sus enemigos declarados. Hicieron todo por impedir su actuación y le ordenaron que se sometiera a un examen científico de su habilidad curativa. Pero la idea que había detrás de la prohibición se evidencia en estas declaraciones de los médicos involucrados: "Gröning puede demostrar lo que quiera, pero de ninguna manera se le dará el permiso de curación." "Ocuparse de Gröning es ir en contra del honor profesional de los médicos." A finales de junio tuvo que dejar Herford definitivamente. Todos los esfuerzos de conseguir un permiso para curar fracasaron.
Trayectoria y situaciones decisivas en la vida
Se prepara para su futura actividad
Años de aprendizaje forzado y su interrupción
Después de haber terminado su 5º grado en la escuela primaria, Bruno Gröning comenzó un aprendizaje como comercial. Pero 2 años y medio más tarde, por insistencia del padre, tuvo que abandonar este aprendizaje. El padre, de oficio capataz de obra quería que su hijo también siguiera un oficio en la construcción. Le hizo aprender carpintería de construcción pero tampoco aquí llegó a conseguir un título. Las dificultades económicas de la posguerra no lo permitieron. Tres meses antes de terminar su aprendizaje, la compañía donde él aprendía cerró por falta de pedidos. En la época siguiente vivió de diversas actividades. Egon Arthur Schmidt escribe sobre esta época:
"Cada trabajo que empezó fue un éxito"
"Varios colegas de trabajo me informaron de una característica especial: que todo trabajo que empezó fue un éxito, sea que haya reparado relojes, radios, sea que haya realizado trabajos de cerrajería. Era muy hábil en la técnica. Y nunca se molestó efectuar trabajos físicamente más bruscos y pesados. Como estibador cargó tanto como cualquiera de sus compañeros. No se avergonzó de ello, ya que esto era parte del camino que le hizo pasar por el fondo más bajo, para llegar a las alturas más altas. Un viejo proverbio chino dice: "Quien nunca cruzó un pantano jamás podrá ser un santo." Existen suficientes escritos de testigos de su época. Uno de esos escritos me llegó hace poco, y en él describe el informador sencillamente que Bruno Gröning, tras el año en que trabajaba junto a él, fue el mejor compañero y el más correcto que jamás había tenido, y por eso le guardaba un recuerdo muy bueno."
Matrimonio y golpes de destino en el entorno familiar
Se casó a los 21 años de edad. Pero su esposa no tuvo comprensión para él. Quería forzarlo a la estrechez de una vida familiar burguesa y se refería a las curaciones como "chifladuras". Los dos hijos, Harald, nacido en 1931, y Günter, nacido en 1939, murieron ambos a los nueve años de edad. A pesar de que innumerables personas ya habían recibido la curación por intermedio de Bruno Gröning, la Sra. Gertrud Gröning no confiaba en la energía curativa de su esposo. No le confió sus hijos, sino los entregó a los médicos. Pero la medicina tradicional no pudo ayudarlos. Ambos murieron en el hospital, Harald en 1940 en Gdansk y Günter en 1949 en Dillenburg. Fueron tremendos golpes de destino para Bruno Gröning. Incluso años más tarde le salían las lágrimas cuando hablaba de sus hijos.
Así, el tiempo entre las dos guerras mundiales fueron para él una época de preparación para su actuar posterior. Tuvo que vivir muchas experiencias amargas para poder entender a la gente en todas las situaciones de vida y para entender sus pesares.
Ayudar en vez de disparar: en el frente y en el cautiverio de guerra
Durante la segunda guerra mundial en 1943 fue reclutado a la "Wehrmacht" (ejército alemán). Allí se produjeron roces con sus superiores. Por negarse a disparar contra seres humanos le amenazaron con un juicio de guerra. Pero al fin y al cabo tuvo que ir al frente, fue herido, cayó prisionero de los rusos y en 1945 llegó como refugiado despatriado a Alemania Occidental.
El comportamiento de Bruno Gröning durante la época de la guerra estaba caracterizado por su deseo de ayudar. Asimismo en el frente aprovechó todas las posibilidades para ayudar en pro de sus camaradas o de la población civil.
En una aldea rusa, a los habitantes en peligro de morirse de hambre les facilitó el acceso a un depósito de víveres del ejército. En la prisión luchó para que sus compañeros tuvieran mejores abrigos, mejor comida y mejor alojamiento. A incontables compañeros que sufrían de edemas de desnutrición les ayudó a que se curaran. Durante los horrores de la guerra no mató a nadie pero ayudó a muchos.
Separación matrimonial y dedicación a todo ser humano
En diciembre de 1945 fue puesto en libertad y en la ciudad de Dillenburg / Hessen comenzó a reconstruir su existencia e hizo venir a su familia. Pero después de que también el segundo hijo había fallecido y dado que su esposa quería prohibirle toda clase de actividad de ayuda, se separó de ella. Él se sentía comprometido a proporcionar esas energías de las que disponía, a todos los seres humanos. El decía: "Yo no pertenezco a uno solo, yo pertenezco a toda la humanidad."
A principios de 1949 su camino le condujo al "Ruhrgebiet" (zona industrial sobre el Ruhr). A causa de las informaciones de algunos curados, Bruno Gröning atrajo la atención de cada vez más personas. Donde lo necesitaban allí iba de casa en casa, donde había enfermos que le pedían ayuda. Así actuaba en un radio pequeño, hasta que en marzo de 1949 aceptó la invitación de un ingeniero de Herford, para visitar a su hijo.
Infancia y juventud
Le apalearon y se burlaron de él. Incomprendido. Aceptado, Un niño diferente a los demás
La fuga de un entorno duro hacia la naturaleza: "Aquí experimenté a Dios"
Bruno Gröning nació el 30 de mayo de 1906 en Danzig-Oliva, como cuarto de siete hijos del matrimonio August y Margarethe Gröning. Los padres notaron pronto sus dones excepcionales de su hijo, por ejemplo, se le acercaron espontáneamente animales que son considerados tímidos, como conejos y corzos, y se dejaron acariciar por él, sin tenerle miedo.
Cuanto más crecía Bruno Gröning, más extraño le resultaba su entorno. El Sr. Gröning contaba, que a veces recibía tantos palos en casa que su cuerpo se puso morado. Los golpes, así nos dice, no le hacían daño a su cuerpo, pero se sentía incomprendido.
La dureza de corazón de su alrededor hizo que se apartara y así el pequeño Bruno huía hacia la naturaleza. Se sentía más atraído hacia los animales, árboles y arbustos que hacia algunas personas. A menudo desapare
"Aquí experimento a Dios. En cada arbusto, en cada árbol, en cada animal y hasta también en las piedras. En todas partes podía estar durante horas reflexionando y meditando, en realidad no existía el tiempo, y siempre me parecía que toda mi vida interior se ensanchaba cada vez más hacia el infinito."
Nunca participó en las peleas salvajes de los niños de su edad. Así que a menudo fue objeto de odiosas burlas y golpeado y castigado por ser diferente a ellos.
Se agradecen curaciones en seres humanos y animales
Con el tiempo se iba reconociendo aquel aspecto del carácter de Bruno Gröning que más tarde se hico famoso en público. En su presencia se sanaron hombres y animales. Sobre todo durante la primera guerra mundial iba a menudo a los hospitales de campaña donde su visita era bienvenida. Los heridos se sentían bien en su presencia y muchos se curaron. También había enfermos que pedían a su madre a que trajera al pequeño Bruno a casa. En el ámbito de la familia y de los conocidos fue aceptado gustosamente el don de curación del chico.
El añora ser independiente
Bruno Gröning escribe en su currículum vitae: "Ya cuando era un niño pequeño, personas enfermas fueron liberadas de sus molestias por medio de mi presencia y con sólo unas palabras mías, tanto niños como adultos, dejaron de pelearse o de excitarse y se tranquilizaron por completo. También de niño he podido observar que animales, que generalmente son considerados recelosos o bravos, conmigo eran buenos y mansos. Por eso, mi relación con mis padres era rara y tensa. Traté de independizarme por completo lo más pronto posible, para salir de la incomprensión de mi entorno familia."
Bruno Gröning (1906-1959)
Un hombre extraordinario en la controversia de la sociedad
En el año 1949, de la noche a la mañana, el nombre de Bruno Gröning era el centro de la atención pública en Alemania. La prensa, la radio y los noticieros semanales en la televisión informaron sobre él. Durante meses los acontecimientos alrededor del "doctor milagroso", como pronto se lo denominó, mantuvieron en tensión a la joven república. Se filmó una película sobre él, se convocaron comisiones de investigaciones científicas y las autoridades, hasta los más altos niveles, se ocuparon del caso Bruno Gröning. El Ministro de Asuntos Sociales de Renania- Westfalia del Norte le hizo perseguir por infracción a la ley de los naturistas, el Ministro-Presidente de Baviera sin embargo, declaró, que a una "personalidad tan excepcional" como Gröning no se le debía dejar fracasar por artículos de la ley. El Ministerio del Interior de Baviera denominó la actuación del Sr. Gröning como "actividad de amor" de libre disposición.
En todos los niveles sociales de la población se discutía vehementemente y de puntos de vista contrarios sobre este caso. Las emociones s. Clérigos, médicos, periodistas, abogados, políticos y psicólogos: todos hablaban sobre Bruno Gröning. Sus curaciones milagrosas eran para unos regalos de gracia de una Energía Superior, para otros eran pura charlatanería. Pero la veracidad de las curaciones fue comprobada por análisis médicos.
El mundo se interesa para un trabajador sencillo
Bruno Gröning nació en 1906 en Danzig y emigró después de la guerra como refugiado a Alemania Occidental, era un obrero sencillo. Había vivido de diversos trabajos, fue carpintero de construcción, también estibador en un puerto y obrero en una fábrica. Ahora de repente se encontró en medio del interés de la opinión pública. La noticia de sus curaciones milagrosas se expandió por todo el mundo. De todos los países llegaban enfermos, cartas de peticiones y ofrecimientos. Varios decenas de miles de necesitados peregrinaban a los lugares donde él actuaba. Se estaba anunciando una revolución en la medicina.
Enredado en prohibiciones, procesos judiciales y colaboradores con afanes de lucro
Pero también existían las fuerzas contrarias. Ellos hicieron todo lo posible por impedir la actividad a Bruno Gröning. Prohibiciones de curar le perseguían, se iniciaron procesos judiciales contra él. Todos sus empeños para llevar su obra por caminos legales fracasaron, por un lado por la oposición de fuerzas sociales influyentes, por el otro lado, por la incapacidad o por las ansias de lucro de sus colaboradores. Cuando Bruno Gröning muere en 1959 en París, el último juicio contra él estaba en pleno apogeo. El juicio fue archivado, sin que jamás se haya pronunciado una sentencia definitiva. Muchas preguntas quedaron sin respuesta.