La gran conversión
Separarse de la enfermedad y creer en la salud
Ocuparse mentalmente con la enfermedad significa retenerla
Bruno Gröning manifestaba siempre que los seres humanos deberían practicar la "gran conversión" o el gran cambio. Él los exhorta a creer en lo bueno, a ponerlo en práctica y a abandonar las malas costumbres.
En primer lugar exhortó a los seres humanos a no pensar en la enfermedad. Él siempre subrayó que la enfermedad viene del mal y es el mal. El ocuparse de ella significa entregarse al mal. Ello impide el proceso de curación y hasta puede volverlo imposible. "Quien se ocupa con la enfermedad la retiene y le cierra el camino a la energía divina."
El ser humano se tiene que desprender de la enfermedad, no retenerla como su propiedad, sino verla como un infortunio. "¡La enfermedad no es parte al ser humano!"
Entregar la enfermedad a Bruno Gröning
Bruno Gröning les ofreció a los seres humanos quitarles las enfermedades. "¡Entréguenme a mis sus enfermedades y sus penas! Uds. solos no podrán con ellas. Yo las llevo por Uds. Pero entréguenlas voluntariamente, pues yo no se las voy a robar."
"Es bueno que Uds. se desprendan de la enfermedad de modo que yo la pueda quitar; pero si Uds. se aferran a ella, entonces no puedo hacer nada. El séptimo mandamiento así lo prohíbe: ‘¡No robarás!’. Si yo les quito la enfermedad a los seres humanos a la fuerza, entonces pecaría ¡No puedo robar! Quien ama su enfermedad la retiene, quien la olvida, quien la suelta, no sólo con el pensamiento sino también con hechos a él se la quito. ¡Uds. deben poner atención a mis palabras! ¡Yo no los quiero influenciar! ¡Si Uds. sueltan sus enfermedades, entonces cargaré con todos sus sufrimientos!"
Primeramente, el ser humano debe realizar la gran conversión en su interior
Cuan importante era para Bruno Gröning la conversión interior de cada uno, lo demuestra claramente el siguiente párrafo tomado del libro La gran conversión de Kurt Trampler (Sanado, colaborador de Bruno Gröning, periodista y escritor): "También en conversaciones privadas oía a menudo declarar enérgicamente a Bruno Gröning, de que él llevaba la responsabilidad ante Dios por ejercer la "curación a través de la pura energía divina" sólo para los pacientes que por lo menos tuvieran la buena voluntad de vivir de acuerdo a las leyes divinas, y de no curar a aquellos que no están dispuestos a desprenderse de lo malo. "Yo podría", dijo él, "realizar una curación en masa de tal manera diciendo: ¡Que todos los enfermos de una ciudad o de un país se sanen! Pero con ello ¿no se perdería en lugar de ganar? ¿Estarían los malos en medio de los enfermos dispuestos a cambiar? ¿No usarían la salud que recuperaron para lo malo? ¡No! El ser humano tiene primero que efectuar un cambio en sí mismo, primero tiene que estar dispuesto a arrancar lo diabólico de sí y a encontrar el camino hacia Dios. Recién entonces se merece ser curado."
En los comienzos, el ser humano no tenía enfermedades
Las siguientes palabras de Bruno Gröning aclaran esta expresión y explican el origen de las enfermedades:
"¿Cómo es que llegó a suceder que el ser humano se enferme? El ser humano primitivo no se enfermaba. Los seres humanos se han vuelto malos, cada vez peores, de generación en generación. La maldad ha aumentado tanto que pronto ya no va a ser posible vivir. Hay disputas y peleas aún dentro de las familias, hay más guerra que paz entre los pueblos. Las penurias trajeron el sufrimiento espiritual a los seres humanos, y han llegado a desarrollar raíces tan profundas dentro de ellos, que por consiguiente tienen que enfermarse. El uno apesadumbra espiritualmente al otro. Los seres humanos se han deformado, se han alejado de lo natural, muchos han perdido la fe en Dios. Pero el que se aleja del camino divino, también se desprende de su salud."
Si es que el ser humano desea recuperar su salud a través de Bruno Gröning tiene que estar dispuesto a renunciar a las "maldades". Tienen que darle la espalda a la maldad, a la enfermedad, desprenderse de ella, ya no pensar: "Mi asma, mi reuma, etc." Esto no siempre es fácil. Es necesario un cambio interior. El ser humano tiene que cambiar fundamentalmente su modo de pensar. No tiene que creer en la enfermedad, como era su costumbre, sino en la salud. Tiene que interiorizar la fe inquebrantable de que aún las llamadas enfermedades incurables se pueden curar.
"Con la razón no me pueden comprender"
¿Qué es lo que espera Bruno Gröning del que busca ayuda? ¿No está en contra de toda lógica el tomar en serio este requerimiento? ¿Cómo van a volver a ponerse en orden las articulaciones deformadas por el reuma? ¿Cómo van a moverse nuevamente extremidades paralizadas? ¿Cómo puede ser posible entregarle a Bruno Gröning las enfermedades, sin que él haga ni el más mínimo tratamiento? ¿Sin que ni siquiera se le diga algo de la enfermedad? ¿No es esto un insulto para toda persona sensata?
En realidad es una gran conversión que espera Bruno Gröning de los seres humanos pero significa dejar de lado todo pensamiento científico orientado hacia el raciocinio y acoger la fe en algo superior. Su enseñanza se basa en principios completamente diferentes a los que hoy en día son usuales y que han sido originados por el dominante espíritu materialista de la época. Por eso, él dijo a menudo: "Con la razón, es seguro que no me pueden comprender."