El testigo contemporáneo H. Steurer
Bruno Gröning ayuda a un lisiado de guerra
Bruno Gröning viajaba muy a menudo en tren hacia los que buscaban ayuda. En un viaje sucedió lo siguiente:
H. Steurer: "El tren en el cual estaba sentado Bruno Gröning entró en la estación de Innsbruck. Hizo allí una corta parada. Bruno Gröning bajó la ventana de su compartimento y miró afuera. Al mismo tiempo yo esperaba en este andén, teniendo fuertes dolores.
Había leído en los periódicos sobre Bruno Gröning y su ayuda a la humanidad sufriente. Me encontraba enfrente del tren rápido, por cuya ventana miraba Bruno Gröning. Entonces fui hacia él y le pedí a Bruno Gröning si me pudiera ayudar, ya que yo tenía unos dolores tan fuertes. Bruno Gröning se retiró un momento en el compartimento y me pasó por la ventana una bola de estaño. Él dijo que yo debía colocar la bola en la zona dolorida y rezar. Después, el tren se puso de nuevo en marcha.
Los dolores provenían de una explosión de una mina y de las heridas de metralla causadas por ello. Desde entonces no tengo el ojo derecho y me falta un brazo. Seguí enseguida el consejo de Bruno Gröning y coloqué la bola. Al cabo de muy poco tiempo los dolores habían desaparecido y no volvieron nunca más. Ya desde el primer momento me dió el Sr. Gröning una especial y grandiosa impresión. Tuve la sensación de que él es un hombre que realmente puede ayudar. Tampoco había pedido dinero por la bola, sencillamente me había ayudado desinteresadamente."