La Traberhof: Multitudes en Rosenheim
Hasta 30.000 personas en búsqueda de ayuda acuden a diario ante Gröning en Septiembre de 1949
Después de que terminaron las investigaciones en Heidelberg, en agosto de 1949, Bruno Gröning se dirige al sur de Alemania. Quería huir del barullo que se hacía alrededor de su persona y se retiró a una hacienda particular en Rosenheim cerca de Múnich. Al principio fue posible mantener secreto el lugar de su estadía. Pero después de que los primeros periódicos habían informado sobre su llegada a Baviera, se desencadenó una verdadera avalancha en masa.
Hasta 30.000 personas acudían diariamente al Traberhof en Rosenheim. La prensa, la radio y el noticiero semanal informaban. Hasta se rodó una película de cine que llevaba el título de "Gröning" y que documentaba los acontecimientos a su alrededor.
Escenas Bíblicas
En una edición especial en la segunda semana de septiembre el Zeitungsblitz escribe: "Mientras tanto se habían reunido más de diez mil personas que esperaban bajo un calor sofocante durante horas al gran momento en que Bruno Gröning apareciera en el balcón y que hablara a la muchedumbre, irradiando su energía curativa. Las personas estaban apretujadas para recibir plenamente las "irradiaciones curativas". Y ya comenzaban las reacciones entre los enfermos graves en sus sillas de ruedas y asientos, o en los que estaban de pie en la periferie. Otra vez comenzaban a ver los semiciegos, nuevamente se levantaban los que hasta este momento habían sido cojos, los paralíticos volvían a mover sus extremidades. Centenares de personas comentaban que sentían dolores más intensos en las partes afectadas, que sentían tirones, punzadas o cosquilleos, que tenían una sensación indescriptible de "liviandad", o de la desaparición espontánea de dolores de cabeza."
No sólo en el Traberhof ocurrieron escenas bíblicas. En todas partes donde aparecía Gröning, en menos que canta un gallo, estaba rodeado de incontables enfermos. Anita Höhne describe la situación de Gröning en su libro Sanadores Espirituales de Hoy: "Bruno Gröning, con sólo anunciar su llegada ya desencadenaba peregrinajes. Típicas son las escenas que observó el periodista Rudolf Spitz durante una visita a Gröning en septiembre de 1949 en Múnich:
'A las 19 horas había unos cuantos de miles que estaban de pie en la calle Sonnenstrasse. A las 22:30 todavía estaban allí. En 5 años de guerra he vivido muchas cosas, pero nunca estuve más conmovido que en las cuatro horas que pasé sentado frente a Bruno Gröning, presenciando un espantoso desfile de miseria y padecimiento: Epilépticos, ciegos, paralíticos con muletas se le acercaban apiñándose. Madres le ofrecieron sus hijos paralíticos en sus brazos. Hubo desmayados, se escucharon gritos, llamadas insistentes de socorro, rezos, plegarias, lamentos.'"
Organos Estatales se muestran benévolos
Anita Höhne sigue citando al periodista Rudolf Spitz: "'Enfermos en camillas, paralíticos, una gran muchedumbre fue observada por otro periodista de Munich: el Dr. Kurt Trampler. El también estuvo en el Traberhof de Rosenheim, donde vivía Bruno Gröning en aquel entonces. Trampler vino como reportero del semanario Münchner Allgemeine. Era un periodista objetivo que sólo anotaba lo que él mismo veía y escuchaba: Ahora desde el balcón escuchamos una voz que no es la de Gröning y corremos hacia la ventana. El Presidente de la Policía de Munich, el Sr. Pitzer habla a los reunidos. Él informa que un padecimiento de ciática que le había atormentado durante varios años se atenuó con la presencia de Gröning. Pitzer seguramente no es un hombre que tiende a imaginaciones hipersensibles, pero lo que él observó en sí mismo lo pudo atestiguar. Ahora se declara abiertamente a favor de Gröning y el diputado Sr. Hagen, del partido político CSU, habla a continuación haciendo una declaración similar.'"
También las autoridades de Baviera se mostraban complacidas con Bruno Gröning. El periódico Münchner Merkur publicó el 7 de septiembre de 1949 un artículo con el título: "Afecto y simpatía hacia Bruno Gröning": "El Ministro-Presidente Dr. Erhard declaró el lunes en una conferencia de prensa que a una "personalidad tan extraordinaria" como la de Bruno Gröning no se la debe dejar fracasar a causa de artículos de ley. Según su punto de vista en Baviera no habría mayores obstáculos para otorgar a Bruno Gröning el permiso de curar."
El Ministerio Estatal del Interior de Baviera al cierre de la edición da a conocer: "La revisión provisoria de la actuación curativa de Bruno Gröning dió como resultado que puede ser consideraaa una actividad libre de caridad, y de esta manera no está sujeta a permisos según la Ley de los Sanadores Naturistas."
Después de deslustrarle, se pasa a la documentación médica de las curaciones
En el Traberhof se hacía un gran barullo alrededor de Bruno Gröning. Aparecieron muchos negociantes que querían sacar capital de sus habilidades. Esto perjudicó la reputación de Gröning y produjo un distanciamiento de las autoridades. Cuando la situación ya se puso intolerable, Gröning se retiró a las montañas bávaras. Quería estudiar algunas ofertas sobre la construcción de sanatorios. Su objetivo era crear unas instituciones en las que los necesitados podían lograr la curación en un marco legal. Los médicos deberían hacer las pruebas previas y posteriores, según el modelo de Heidelberg, y deberían documentar las curaciones ocurridas.