Healings of lymphoma (Non-Hodgkins-lymphoma)
Curación de linfoma
Edeltraud Carl (54), Bayreuth (Alemania)
Carga
Tenía un tumor en la glándula parótida. Un examen médico posterior reveló que tenía un cáncer, conocido como linfoma no Hodgkin (cáncer de los ganglios linfáticos). Esto me causaba dolor en el lado izquierdo de la cara. Me extirparon la glándula parótida en febrero de 1993. Los exámenes posteriores revelaron que era un cáncer incurable, ya que se había propagado por la médula ósea. Me asusté bastante después de recibir este diagnóstico. Me sentía desesperada, sufría de insomnio severo y cambios de humor. Me recetaron 25 tratamientos de radiación. Todo esto tuvo efectos terribles: perdí el cabello, tuve infecciones de hongos en los pies y la boca, y además, tenía anemia. Me sentía muy cansada y no tenía energía. Encima, las heridas tardaron meses en curarse. En junio de 1993 me internaron en un centro médico, sin embargo, esto no llevo a una notable mejoría. En agosto me diagnosticaron otro tumor canceroso en la ingle derecha. Me operaron en octubre, pero me negué a seguir con el tratamiento de radiación.
Curación del cancer linfático en el estómago
Sra. L.W. (78) Bremen (Alemania)
En el mes de julio de 1991 y de una forma repentina, yo perdí 10 kg. de peso, en el espacio de 3 meses. Yo ya no podía comer. En el hospital me diagnosticaron un cáncer en el estómago (Diagnosis: Linfoma Non-Hogdkin altamente maligno en el estómago). Me fué aconsejada una operación con consecuente quimioterapia. Yo me declaré contraria a ésto porque la misma me hizo volver a la memoria a mi hija y a mis dos yernos, los cuales a pesar de la quimioterapia, murieron de cáncer. Contra el consejo de los médicos, salí del hospital y me fuí para morirme en mi casa. Transcurridos algunos días, yo me di cuenta, con sorpresa de parte mía, de que había adquirido de nuevo el apetito. Una noche y durante unas 2 horas, yo padecí de unos dolores terribles en la región estomacal y, dichos dolores desaparecieron tan rápidamente como llegaron. Anteriormente no había experimentado algo así. Mi apetito aumentaba constantemente, en el mes de diciembre yo ya podía comer de todo y había recobrado mi peso. Todo tipo de cansancio y debilidad habían desaparecido.
Poco despues de Navidad, la Sra. U., una enfermera que vive en el mismo edificio de apartamentos, me informó que ella se había sintonizado para mí, con una corriente curativa según las enseñanzas de Bruno Gröning. En el mes de enero de 1992 yo fuí junto con ella a una conferencia de introducción. Desde esa fecha yo participo regularmente en las horas comunitarias de la Comunidad de Amigos. Yo no he sufrido más de dolor alguno. Durante un examen posterior, no se encontró rastro alguno del tumor, todo ésto con gran estupor del médico internista. Simplemente el tumor había dsesaparecido.
