Curación de la presión baja

Sra. J.D. (39) Oberhausen (Alemania)

Durante unos 20 años, padecí de problemas de concentración, de apatía y, muy a menudo, estaba mareada. La causa de todos estos transtornos, según lo establecido por el médico, era una presión baja, con valores de 70/40. Yo tomaba medicamentos, me hacía tratar con acupunctura y, practicaba todo tipo de deportes pero no ayudaban o solamente traían una mejoría pasajera. Sufrí un desmayo en un supermecado, experiencia por la cual yo no me atrevía a ir donde había mucha gente. Durante una feria, en el verano de 1995, yo descubrí el camino que me condujo al Círculo de Amigos de Bruno Gröning. Un día después de haber sido introducida a las enseñanzas de Bruno Gröning, mi afección había desaparecido y yo me olvidé de tomar los medicamentos. Al siguiente control médico, el médico encontró, que los valores de la presión sanguínea eran del todo normal, es decir, entre 110/90. Yo no he padecido más de ningún tipo de sufrimientos y la presión se ha mantenido normal.

Curación de la presión baja

Sra. N.D. (49) los Eslavos de Sur (Alemania)

Durante años, padecí de transtornos circulatorios, dichos transtornos se hacían notar con un adormecimiento, principalmente en los brazos. Principalmente durante la noche, tenía los pies y los brazos fríos y adormecidos. Esta situación tenía como efecto que me despertase contínuamente, cosa que por la mañana se hacía notar, a través de un cansancio y entorpecimiento matutino.

Después de mi introducción a las enseñanzas de Bruno Gröning, la sensación de adormecimiento de los brazos y pies desapareció, asimismo desapareció la sensación de frío y también otras afecciones más. Ahora puedo dormir maravillosamente.

Curación de la presión baja

Sra. B.K. (28) Nordenham (Alemania)

Durante 4 años, yo sufrí de presión baja: 90/50 y, ésto siempre cuando hacía calor y el tiempo estaba húmedo, así como también durante mi trabajo en el invernadero, con temperatura y humedad elevadas. A pesar de utilizar medicamentos (Pholedrin-longo, entre otros) para aumentar la presión y, aliviar los sufrimientos (náusea, mareo, latidos acelerados del corazón, corazón galopante hasta desmayarme) durante los períodos de calor prolongado, éstos síntomas no me dejaban realizar mi trabajo.

Desde mi introducción a las enseñanzas de Bruno Gröning y la recepción de la energía divina periódicamente, en mayo de 1991, ya no tengo ningún padecimiento más. Los valores de mi presión se encuentran entre 135/90 y puedo disfrutar plenamente del verano. Medicamentos son cosas del pasado.