Healings of facial pain (trigeminal neuralgia)
Curación del daño en la mitad del rostro: parcial o total (neuralgia del trigémino)
Sr. L.N. (32) Kerkrade (Países Bajos)
En el año 1983, se me desarrolló una neuralgia del trigémino y la misma hacía sentir su presencia mediante unos dolores diarios, los cuales duraban de 1 - 2 horas. El dolor se desplazaba en la parte derecha de la mitad de la cabeza, comprendiendo la frente, los ojos y la mandíbula superior derecha. Un neurológo realizó una operación y procedió a quemar un nervio facial, ahora bien, después de dicha operación mi mandíbula inferior padeció de un adormecimiento durante unos 3 meses; a pesar de esta operación, yo padecía de dolores en la parte derecha de la cara. No acepté una segunda operación y yo vivía a base de medicamentos contra los dolores, los cuales, por último, se habían hecho tan insoportables, que yo ya había aceptado el pensamiento de suicidarme.
En el mes de abril de 1990, yo fuí introducido a las enseñanzas de Bruno Gröning y 6 días más tarde yo me encontré libre de todos mis sufrimientos. Desde ese mismo instante yo estoy curado de los terribles dolores de los nervios.
Curación del daño en la mitad del rostro: parcial o total (neuralgia del trigémino)
Sra. R.K (55) Meschede (Alemania)
Después de un grave accidente automobilístico y durante 14 años, después de haber ocurrido éste, yo me encontré bajo tratamiento médico, a causa de los dolores del nervio trigémino y de la sensación de entumecimiento en la parte derecha del rostro. Al principio, el uso de medicamentos (Tegretal, Rökan, tabletas vitamínicas) como asimismo las infusiones, me producían un alivio y a veces obtenía 1 - 2 semanas libre de dolores. Con el pasar del tiempo los ataques de dolor se fueron poniendo siempre peor, es decir se volvieron casi insoportables y las terapias ya no ayudaban para nada.
En el estado de salud arriba mencionado, yo me acerqué al Círculo de Amigos de Bruno Gröning. A partir de mi introducción a las enseñanzas de Bruno Gröning, en el mes de agosto de 1991, yo me sintonizo diariamente para recibir la energía divina. Hasta la primavera del año 1992, yo seguí padeciendo esos dolores casi insoportables. De un día para otro, los mismos desaparecieron como asimismo la sensación de adormecimiento. Desde ese momento yo no he padecido ningún sufrimiento más.