Curación de la esclerosis múltiple

Sra. M. M. (33) Stuttgart (Alemania)

En el transcurso del verano de 1987, se me presentó una sensación de adormecimiento en los pies y en el bajo vientre; allí yo ya no tenía una sensación "verdadera" y el menor roce provocaba un dolor agudo. Al caminar yo experimentaba una inseguridad muy grande y, además, tenía probemas de equilibrio, sufría de fuertes dolores, especialmente en la pierna izquierda, además padecía de otras sensaciones raras en las piernas. Encima de ésto, también sufría de transtornos visuales y, en el ojo izquierdo había una línea completamente negra de unos 5 cm de ancho. Una mañana del mes de octubre , yo me levanté con dolores de lumbago, náusea y debilidad, cosa que me decidió a ir a consultar al neurológo, al cual me había enviado mi médico. El neurólogo ordenó un examen del líquido céfalorraquídeo, en el hospital y, a través del mismo la diagnosis de la Encephaomyelitis disseminata (esclerosis multiple) fué confirmada. A pesar de ser tratada a base de cortisona, yo necesité unos 3 meses para obtener una mejoría de mi estado de salud. Durante la recaída de febrero de 1989 y durante algún tiempo, yo tuve que guardar cama, debido a que la sensación de adormecimiento ahora comprendía todo el cuerpo, con manifestaciones de parálisis en las piernas. La zona abdominal estaba completamente insensible, que yo ya no me daba cuenta de que tenía que ir al baño. Durante la recaída del mes de mayo de 1990, las parálisis eran tan fuertes que yo me podía mover únicamente unos cuantos metros dando pasos muy cortos. Las recaídas duraban unos 3 meses y durante las mismas se utilizaba cortisona, la cual, después de la recaída, se me iba reduciendo paulatinamente. Durante el lapso que transcurria entre una recaída y la otra, yo me encontraba sin energía, tenía problemas de inseguridad al caminar, en las piernas sufría de dolores y de unas sensaciones no bien definidas, además de todo ésto yo me cansaba muy rápidamente. Las líneas negras en los ojos se manifestaban esporádicamente.

Más o menos unos 3 meses después de mi introducción a las enseñanzas de Bruno Gröning, en el mes de julio de 1990, y de forma repentina yo volví a tener fuerza y sensaciones en las piernas. Con el pasar del tiempo reaparecieron sensaciones alteradas, un "tirar" en las piernas y las líneas en los ojos. Durante el verano de 1991 y de cuando en cuando, yo no podía hablar y escribir y todo el lado derecho de mi cuerpo prácticamente no existía. Más tarde y de forma repentina, se produjo una mejoría rápida y a partir del mes de octubre de 1991, los síntomas desaparecieron y hasta la fecha de hoy no han reaparecido más.