Healings of neck pain (cervical spondylosis)
Curación de la síndroma de las vértebras cervicales: dolores en la zona de las vértebras cervicales
Sr. I.H. (63) Bebra (Alemania)
Desde 1959, padecía de dolores en la zona de las vérbetras cervicales. Durante el sueño nocturno se me "dormia" el brazo derecho y al levantarme tenía que golpearlo para reactivar la circulación del sangre. A menudo no podía mover la cabeza y sufría de fuertes dolores en la nuca y en la espalda derecha. Por medio de radiografias, el doctor diagnosticó un desgaste de las vértebras cervicales. Cuando los dolores alcanzaban una intensidad insoportable se me suministraban inyecciones. La zona cervical fué sometida a curas quiroprácticas, estas curas conseguían poner la vértebra cervical en su posición original y, por algún tiempo, yo me encontraba libre de los dolores, pero seguía teniendo el brazo dormido.
Un año después de haber aceptado las enseñanzas de Bruno Gröning, fuí liberado de los dolores. Puedo dormir un cualquier posición, con o sin almohada. El brazo no se me ha dormido más.
Curación de la síndroma de las vértebras cervicales: dolores en la zona de las vértebras cervicales
Sra. H.R. (57) Hannover (Alemania)
Desde 1989, padecía de dolores muy fuertes en la mano derecha y no estaba en condiciones utilizarla y, además, sufría de calambres. Los dolores en la región de las vértebras cervicales no me dejaban dormir y el mover la cabeza me producía una sensación de vértigo. A pesar de haber consultado a más de un médico, los cuales me prescribieron inyecciones, tabletas, microondas, estimulación eléctrica y gimnasia, estos sufrimientos estuvieron siempre presentes. El resultado de estos sufrimientos fue que, en octubre de 1991, me jubilaron anticipadamente.
Durante una estadía en el hospital, corría el mes de noviembre de 1991, fué descubierta una estrechez del canal de la espina dorsal (estrechamiento del canal de la médula espinal), en la zona de las vértebras cervicales, a la altura de la 4ta y 5ta y de la 5ta y 6ta vértebras cervicales. Debido al peligro implícito, no acepté una operación aconsejada por los médicos.
Hasta mi introducción a las enseñanzas de Bruno Gröning, en octubre de 1994, seguí teniendo y soportando mis sufrimientos. Más o menos un año y medio después de mi introducción a las enseñanzas de Bruno Gröning, los dolores empezaron a disminuir en intensidad hasta desaparecer por completo. Desde ese momento, no tuve más ningún dolor en la mano derecha, puedo utilizarla normalmente y no se me queda dormida y no sufro de calambres.
Curación de la síndroma de las vértebras cervicales y lumbares (dolores en la espalda, en las regiones cervical y lumbar)
Sra. G.Ch. (65) Wegberg (Alemania)
Cuando tenía 30 años de edad, empecé a padecer de dolores en la espalda y en el cuello, dolores que se presentaban al hacer movimientos. Desde 1962, me encontraba en bajo terapias médicas constantes, por ejemplo, me fueron extirpados 15 dientes, ya que se presumía una relación entre los dientes y mis dolores. A partir de 1973, yo no trabajé más. Mi estado físico empeoró de una manera tal que, a partir de 1978, ya no podía agacharme. Cuando tenía que limpiar el horno de la cocina, tenía que ponerme de rodillas y, para poder levantarme, tenía que arrastrarme hasta una silla para poder apoyarme. En posición arrodillada, sufría de dolores en las rodillas, muslos y en la espalda. Desde la parte del cuello, los dolores, irradiaban hasta en los brazos. Levantar los brazos era muy dificultoso, por ejemplo, una vez lavada la cabeza y, queriendo rizarme el pelo, tenía que apoyarme el brazo sobre la mesa. El mover la cabeza me era casi imposible. En una clínica especializada en la cura de reumatismos, me dijeron lo siguiente: "Ud. se encuentra totalmente desgastada desde la cabeza hasta los pies".
En el mes de mayo de 1989, fuí introducida a las enseñanzas de Bruno Gröning. El día después de la introducción, pude levantarme fresca y ágil y, ésto por la primera vez en muchos años. Una semana más tarde y, durante la sintonización matutina para recibir la energía divina, recibí la curación de la espalda. Desde esa fecha yo puedo moverme libremente y sin dolores. En el mes de junio de 1989, mi médico de cabecera certificó mi curación, curación totalmente incomprensible para él.
Curación de la síndroma de las vértebras cervicales y lumbares (dolores en la espalda, en las regiones cervical y lumbar)
Sra. G.B. (65) Hamburgo (El Brasil)
Durante 30 años sufrí de dolores en la columna vertebral Los últimos 10 años los dolores fueron especialmente fuertes y, por este motivo y de forma casi periódica, me encontraba en clínicas ortopédicas. Los dolores eran particularmente fuertes en las vértebras del cuello e irradiaban hasta el brazo izquierdo. Además de ésto, los dolores iban desde la región lumbar hasta el pié izquierdo. A causa de los dolores, no podía dormir más de 2 a 3 horas por la noche y a veces, no cerraba los ojos por días enteros. Regularmente recibía terapias de baños de fango, heno, gimnasia, medicamentos e inyecciones. Todos estos tratamientos y otros tratamientos hechos por un "naturópata" (sanador naturista), así como también 3 viajes a Lourdes, no produjeron resultado alguno, aparte de una mejoría temporal. A causa de los dolores crónicos, causados por una severa alteración degenerativa y daños en los discos intervertebrales, fuí jubilada anticipadamente.
Después de haber transcurrido un año de mi introducción a las enseñanzas de Bruno Gröning y, a principios de 1991, me encontré liberada de todos mis sufrimientos y me sentía rejuvenecida, 20 años más joven. Ahora puedo realizar todas mis tareas domésticas y poseo un sueño saludable.
Curación de las dolores crónicos en la vértebra cervical después de un accidente
Sr. A.S. (66) Roermond (Países Bajos)
Durante 2 décadas yo padecí de dolores permanentes en la nuca y en el cuello, unas veces eran más fuertes otras veces más débiles. Estos dolores eran la consecuencia de un accidente ocurrido en una mina, cuando una caja de herramientas me provocó una herida en la cabeza. La diagnosis fué: artritis cervical. Me fueron recetadas inyecciones, pomadas, pastillas, masajes, todo ésto sin resultado positivo alguno. Para poder observar algo que se encontraba detrás de mí, yo tenía que girar todo el cuerpo.
El 4 de diciembre de 1990 yo recibí la energía divina por la primera vez y a partir de enero de 1991 puedo mover la cabeza y me encuentro libre de los dolores.