Curación de asma bronquial
Lily Agbetsiafa, 58 años Acra (Ghana, África)
Comencé a padecer de asma cuando tenía unos 23 años. El médico me diagnosticó asma crónica, la cual sufrí durante más de 30 años. Con el paso del tiempo, los ataques se agudizaban cada vez más, produciéndose de forma continua, a veces dos o tres veces al día. Algunos de ellos eran muy fuertes. En esos momentos me resultaba difícil respirar y me faltaba el aire. Nunca pasaba más de una semana sin que sufriera un ataque. Mi marido me llevaba con frecuencia al hospital, sobre todo por las noches. A menudo, mi estado era crítico y muchas veces parecía que iba a ahogarme.
Con el inhalador siempre a mano
El inhalador era mi constante compañero. Por el día lo llevaba en mi bolso y por la noche lo ponía bajo la almohada, para poder tenerlo al alcance de la mano. Esto, junto a los medicamentos que debía tomar, era un ayuda imprescindible cuando sufría los ataques. Probé también con las medicinas naturales tradicionales, pero apenas me trajeron mejoría. Durante todos esos años, estuve trabajando en una oficina. El diagnóstico de los médicos era el de asma bronquial, tanto alérgica como no alérgica, reaccionando por ejemplo a los perfumes de aromas intensos, al polvo y a los vapores de la cocina. Incluso las bebidas heladas, podían desencadenar en un taque.
La certeza de que era incurable
Ni los médicos, ni las numerosas terapias que hice me reportaron ayuda alguna. Nuestro médico de cabecera, que trabajaba también en la clínica universitaria de la ciudad, estuvo todo el tiempo a mi disposición. Tanto en mi país Ghana, como en mi familia, el asma había sido considerado como una enfermedad incurable, así que lo acepté como tal, entre otras cosas, porque mi padre y mis dos hermanas habían padecido de asma hasta el día de su muerte.
En un instante, todo se acabó
En junio de 2002, mi esposo me trajo el librito de introducción a la Enseñanza de Bruno Gröning, contándome todos los “milagros” que les ocurrían a las personas a través de esta enseñanza y que yo también podría sanarme. Fui introducida en julio 2002 en la comunidad de Acra y seguí la enseñanza con mucho entusiasmo, haciendo regularmente el Einstellen junto a mi esposo. Estaba convencida de que algún día, también yo me sanaría. Leer los informes de éxito me daba ánimos. Después de tener un ataque muy fuerte el 12 de diciembre de 2004, en la mañana siguiente del 13 de diciembre, sentí que estaba completamente libre. Hasta hoy puedo decir, que no he vuelto a sufrir ningún ataque, ni siquiera necesito el inhalador o algún tipo de medicamento más. Ahora puedo hacer cosas, como por ejemplo subir altos escalones, poder estar en la cocina cuando se está cocinando, oler perfumes fuertes, etc.
Comentario médico:
El asma bronquial es una enfermedad crónica de los conductos respiratorios. Cuando se producen los ataques, los bronquios se estrechan, dificultando la respiración y provocando sofocación. Igual que en este caso, se suele ver en el 80% de los casos en adultos, una mezcla de asma bronquial alérgica y no alérgica, cuyo tratamiento normalmente se hace con cortisona y otros medicamentos para poder dilatar los bronquios, como por ejemplo la teofilina y los anticolinérgicos. Todo esto, le trajo algo de mejoría a la Sra. Agbetsiafa, pero no llegó a curarla. Después de 35 años de un padecimiento, como el descrito anteriormente, no podría esperarse ningún tipo de sanación por la vía médica. Es por ello, por lo que esta repentina curación, sólo puede ser atribuida a la toma de la Heilstrom según la enseñanza de Bruno Gröning, no pudiendo ser explicada desde el punto de vista médico.