Curación de comerse las uñas

Sra. M.M. (53) Braunschweig (Alemania)

A partir de los 7 años de edad padecía de nerviosidad y congoja, cosas que se exteriorizaban en comerme las uñas. Recién a los 30 años de edad yo consulté a mi médico, asímismo a un especialista en Medicina Interna, un neurológo y un psicoterapeuta. Los tratamientos por parte de varios psicoterapeutas, medicamentos, psicofármacos (Lesotemie, Limbratil, etc.) y tres curas en clínicas especializadas en enfermedades psicosomáticas no dieron ningún resultado positivo a largo plazo. Seguí comiéndome la uñas. Visto que mis manos no eran muy presentables, las tenía que esconder. Se me diagnosticó una "distonía vegetativa".

En el transcurso del primer año de mi introducción a las enseñanzas de Bruno Gröning, en el año 1990, yo perdí la nerviosidad y la congoja. Ahora estoy en condiciones de manejar durante trayecto largos y también en la ciudad sin angustia alguna. Desde diciembre de 1995 pude dejar de comerme las uñas y desde esa fecha no tengo más nada que ver con éso.