Sanación de once años de adicción al juego
A. G. (36), Austria
Desde mis 22 años frecuenté establecimientos de juego por lo menos tres a cinco veces al mes para tentar la suerte en las máquinas tragamonedas. En mi primera visita a una de estas salas para jugar, gané la importante suma de unos 2.500 euros. Yo quería continuar ganando cada vez más. No podía resistir este impulso. A menudo sucedía que excedía mi cuenta bancaria. Perdí mi autoestima y tenía la sensación de haber fracasado, más bien de ser un fracaso o que no era lo suficientemente fuerte como para detenerme. Cuando me di cuenta, dos años más tarde, de lo que estaba haciendo, ya era demasiado tarde.
Ya no pude parar, era adicto al juego. No sabía cómo dejarlo, no consulté con ningún terapeuta o médico. Un mes antes de mi primer contacto con el Círculo de Amigos de Bruno Gröning, la frecuencia del juego en máquinas tragamonedas había aumentado hasta ocho veces al mes. Sí me faltaba dinero, pedía prestado a otros jugadores. Mi cuenta bancaria a menudo estaba sobregirada hasta el límite. Ante mi familia y mis amistades solía hacer todo para esconder esta embarazosa adicción de once años. Tras mi introducción a la Enseñanza de Bruno Gröning el 13 de noviembre del.2004 mi primer camino me llevó a una sala de juegos, sencillamente no sabía cómo remediarlo. Ese día perdí todo mi dinero en efectivo alrededor de unos 300 euros. Me sentí angustiado y frustrado. De repente tuve este pensamiento: ¿Por qué estoy haciendo esto? Salí de la sala de juegos y desde entonces no he vuelto a jugar nunca más, aunque de vez en cuando, entro a alguno de estos locales de juego para beber algo. Me parece que algo se borró de mi „disco duro”. Ya no siento ese impulso de jugar. Ese día fui liberado de esta terrible adicción.
Comentario psicológico:
Desde la perspectiva de la terapia de aprendizaje, se reforzó (elevada ganancia) una obstinada adicción al juego, que duró más de once años. Estas dependencias relacionadas con sustancias son muy complejas de tratar. El primer paso, acudir con un terapeuta es el más difícil de dar, debido a la vergüenza. Así que los jugadores adictos permanecen en su misera durante mucho tiempo. A esto se añade el aislamiento social. El cese espontáneo de todo síntoma en conexión directa con la introducción a la Enseñanza de Bruno Gröning no lo puedo explicar cómo psicólogo. Para mí, la súbita comprensión de la insensatez de los juegos de azar está directamente relacionada con la absorción de la Heilstrom.