La Traberhof: Multitudes en Rosenheim
Hasta 30.000 personas en búsqueda de ayuda acuden a diario ante Gröning en Septiembre de 1949
Después de que terminaron las investigaciones en Heidelberg, en agosto de 1949, Bruno Gröning se dirige al sur de Alemania. Quería huir del barullo que se hacía alrededor de su persona y se retiró a una hacienda particular en Rosenheim cerca de Múnich. Al principio fue posible mantener secreto el lugar de su estadía. Pero después de que los primeros periódicos habían informado sobre su llegada a Baviera, se desencadenó una verdadera avalancha en masa.
Hasta 30.000 personas acudían diariamente al Traberhof en Rosenheim. La prensa, la radio y el noticiero semanal informaban. Hasta se rodó una película de cine que llevaba el título de "Gröning" y que documentaba los acontecimientos a su alrededor.
Escenas Bíblicas
En una edición especial en la segunda semana de septiembre el Zeitungsblitz escribe: "Mientras tanto se habían reunido más de diez mil personas que esperaban bajo un calor sofocante durante horas al gran momento en que Bruno Gröning apareciera en el balcón y que hablara a la muchedumbre, irradiando su energía curativa. Las personas estaban apretujadas para recibir plenamente las "irradiaciones curativas". Y ya comenzaban las reacciones entre los enfermos graves en sus sillas de ruedas y asientos, o en los que estaban de pie en la periferie. Otra vez comenzaban a ver los semiciegos, nuevamente se levantaban los que hasta este momento habían sido cojos, los paralíticos volvían a mover sus extremidades. Centenares de personas comentaban que sentían dolores más intensos en las partes afectadas, que sentían tirones, punzadas o cosquilleos, que tenían una sensación indescriptible de "liviandad", o de la desaparición espontánea de dolores de cabeza."
No sólo en el Traberhof ocurrieron escenas bíblicas. En todas partes donde aparecía Gröning, en menos que canta un gallo, estaba rodeado de incontables enfermos. Anita Höhne describe la situación de Gröning en su libro Sanadores Espirituales de Hoy: "Bruno Gröning, con sólo anunciar su llegada ya desencadenaba peregrinajes. Típicas son las escenas que observó el periodista Rudolf Spitz durante una visita a Gröning en septiembre de 1949 en Múnich:
'A las 19 horas había unos cuantos de miles que estaban de pie en la calle Sonnenstrasse. A las 22:30 todavía estaban allí. En 5 años de guerra he vivido muchas cosas, pero nunca estuve más conmovido que en las cuatro horas que pasé sentado frente a Bruno Gröning, presenciando un espantoso desfile de miseria y padecimiento: Epilépticos, ciegos, paralíticos con muletas se le acercaban apiñándose. Madres le ofrecieron sus hijos paralíticos en sus brazos. Hubo desmayados, se escucharon gritos, llamadas insistentes de socorro, rezos, plegarias, lamentos.'"
Organos Estatales se muestran benévolos
Anita Höhne sigue citando al periodista Rudolf Spitz: "'Enfermos en camillas, paralíticos, una gran muchedumbre fue observada por otro periodista de Munich: el Dr. Kurt Trampler. El también estuvo en el Traberhof de Rosenheim, donde vivía Bruno Gröning en aquel entonces. Trampler vino como reportero del semanario Münchner Allgemeine. Era un periodista objetivo que sólo anotaba lo que él mismo veía y escuchaba: Ahora desde el balcón escuchamos una voz que no es la de Gröning y corremos hacia la ventana. El Presidente de la Policía de Munich, el Sr. Pitzer habla a los reunidos. Él informa que un padecimiento de ciática que le había atormentado durante varios años se atenuó con la presencia de Gröning. Pitzer seguramente no es un hombre que tiende a imaginaciones hipersensibles, pero lo que él observó en sí mismo lo pudo atestiguar. Ahora se declara abiertamente a favor de Gröning y el diputado Sr. Hagen, del partido político CSU, habla a continuación haciendo una declaración similar.'"
También las autoridades de Baviera se mostraban complacidas con Bruno Gröning. El periódico Münchner Merkur publicó el 7 de septiembre de 1949 un artículo con el título: "Afecto y simpatía hacia Bruno Gröning": "El Ministro-Presidente Dr. Erhard declaró el lunes en una conferencia de prensa que a una "personalidad tan extraordinaria" como la de Bruno Gröning no se la debe dejar fracasar a causa de artículos de ley. Según su punto de vista en Baviera no habría mayores obstáculos para otorgar a Bruno Gröning el permiso de curar."
El Ministerio Estatal del Interior de Baviera al cierre de la edición da a conocer: "La revisión provisoria de la actuación curativa de Bruno Gröning dió como resultado que puede ser consideraaa una actividad libre de caridad, y de esta manera no está sujeta a permisos según la Ley de los Sanadores Naturistas."
Después de deslustrarle, se pasa a la documentación médica de las curaciones
En el Traberhof se hacía un gran barullo alrededor de Bruno Gröning. Aparecieron muchos negociantes que querían sacar capital de sus habilidades. Esto perjudicó la reputación de Gröning y produjo un distanciamiento de las autoridades. Cuando la situación ya se puso intolerable, Gröning se retiró a las montañas bávaras. Quería estudiar algunas ofertas sobre la construcción de sanatorios. Su objetivo era crear unas instituciones en las que los necesitados podían lograr la curación en un marco legal. Los médicos deberían hacer las pruebas previas y posteriores, según el modelo de Heidelberg, y deberían documentar las curaciones ocurridas.
El "fenómeno Gröning" y la ciencia
La comprobación médica en Heidelberg promete editar un informe facultativo
En los tiempo de Herford, comenzaron especialistas en medicina y colaboradores de la revista Revue investigar las curaciones de Gröning. El médico y psicólogo Prof. Dr. H.G. Fischer de la ciudad de Marburg viajó con un grupo de periodistas especializados a Herford. Allí conversó con curados y asombrado llegó a la conclusión que el "método" de Gröning efectivamente era exitoso. En consecuencia la revista Revue se decidió a colaborar en la aclaración científica del "fenómeno Gröning". En la Clínica Universitaria de Heidelberg sería investigado el "método curativo" del "doctor milagroso".
Bruno Gröning aceptó las propuestas de Fischer, pues éste le había prometido un peritaje positivo, si la acción resultaba favorable. Gröning confió en haber encontrado un camino para poder actuar libremente.
Curaciones ante los ojos de los médicos: "Bruno Gröning no es ningún charlatán"
El 27. julio comenzaron las investigaciones. Las personas en las cuales él tendría que demostrar sus habilidades, fueron elegidas de entre las 80.000 cartas de peticiones que le habían llegado. Además fueron seleccionados algunos pacientes de la Clínica Ludolf-Krehl de Heidelberg. Todos ellos fueron examinados previa y minuciosamente y se elaboraron diagnósticos exactos. A continuación fueron presentados a Gröning, quien aplicaba "su método" en ellos y mientras tanto, siempre estaban presentes algunos médicos. Ellos fueron testigos de cómo desaparecían las enfermedades, en parte espontáneamente. Las pruebas posteriores hechas en la clínica confirmaron las curaciones. Incluso padecimientos incurables como la enfermedad de Bechterew fueron curados.
En uno de los peritajes previos publicados en la revista Revue, el profesor Dr. Fischer declaró expresamente que Bruno Gröning no era un charlatán sino un médico del alma con un talento natural. Con eso trataba de explicar, desde su punto de vista, el "fenómeno Gröning", pero sin hacerle justicia.
Gröning rechaza especulaciones
El peritaje final iba a ser redactado después de la evaluación de todos los resultados. Le garantizaron que el camino para su obrar en el futuro estaría definitivamente libre. Mientras tanto, los profesores Fischer y el Sr. von Weizsäcker (bajo cuya tutela estaba todo este peritaje), le hicieron la siguiente propuesta a Bruno Gröning: ellos querían construir sanatorios, en los cuales él debería actuar junto con los médicos. Pero la dirección y la selección de los pacientes quedaría en manos de ellos.
A ésto Bruno Gröning: "Las condiciones financieras y demás que al respecto me fueron impuestas por el profesor F. eran para mí inaceptables. Claro que sobre ésto se llevaron a cabo muchas conversaciones, también con señores que querían financiar este proyecto. Yo no pude declararme de acuerdo con las propuestas del profesor F. y las rechacé, porque: no dispongo de un sólo penique de dinero, así que no pude aceptar ninguna clase de compromisos financieros que no podría cumplir; nunca he pensado en hacer un negocio de todo este proyecto. Por eso, todo ésto fue para mí una exigencia imposible. Además yo sólo quería hacer aquello que me fue dado para mi misión: ayudar a los necesitados y, por lo tanto, ponerme a disposición de los médicos y psicoterapeutas, pero nunca para hacer un negocio de todo ésto."
La ausencia del dictamen y el conflicto potencial con la ley
La actitud de rechazo de Bruno Gröning hizo que los profesores perdieran el interés en él pronto. El peritaje prometido nunca fue escrito. En vez de facilitarle una actuación libre, le pusieron nuevos obstáculos en el camino. En el transcurso de las investigaciones, fueron relacionados sus "métodos de curación" con los términos "paciente", "tratamiento", etc. y evaluados como actividades médicas. Con éso se logró una situación conflictiva con la Ley de los Sanadores Naturistas.
1949 - En el centro de la atención pública
El actuar de Bruno Gröning en Herford
Miles de enfermos y personas en busca de ayuda acuden a Gröning
Dieter Hülsmann, de 9 años, ya estaba postrado en cama desde hace tiempo. Sufría de distrofia muscular progresiva y ninguno de los profesores y médicos que lo atendieron pudieron ayudarle. Después de que Bruno Gröning se ocupó del niño, éste volvió a caminar. El ingeniero Hülsmann, avasallado por la curación espontánea de su hijo, le pidió a su huésped que se quedara. Quería invitar a más enfermos para que el "hombre milagroso", según Hülsmann, los cure.
Bruno Gröning aceptó el ofrecimiento y día tras día venían más necesita-dos. Cada vez más personas se enteraban de los sucesos milagrosos alrededor de Gröning. En poco tiempo su nombre estaba en boca de todos. Los periódicos informaban sobre el "doctor milagroso" y en la zona británica fue el tema del día. Miles de personas acudían a la plaza de Wilhelm y enormes muchedumbres ase-diaban la casa.
Manfred Lütgenhorst del diario Münchner Merkur escribió el 24 de junio de 1949, entre otras cosas: "Cuando llegué a Herford a las 10:30 horas de la mañana, delante de la pequeña casa de dos pisos en la plaza Wilhelmsplatz había unas mil personas. Era una imágen indescriptible de miseria. Incontables paralíticos en sillas de ruedas, otros cargados por sus familiares, ciegos, sordomudos, madres con hijos idiotizados y paralíticos, viejitas y muchachos jóvenes se aglomeraban y gemían. Casi cien coches, camiones y autobuses aparcaban en la plaza y todos habían venido desde muy lejos."
Parálisis, úlceras de estómago, cegueras: "El Sr. Gröning me miró y ahora estoy de nuevo completamente sano."
Manfred Lütgenhorst sigue preguntando: "¿Usted cree que se curará?" les pregunté a los enfermos. Asentían afirmativamente. "¡Ayer tendría que haber estado aquí!" me contestó uno. "El señor Gröning estaba en Viersen en Renania y aquí en el patio se levantaron cinco paralíticos y se fueron caminando a sus casas. Curación a distancia (telepática) - el lugar los curó." Los demás enfermos lo confirmaron.
Seguía caminando por entre la muchedumbre y taquigrafiaba sus milagrosos relatos. Solamente éstos ya alcanzaban para llenar un libro. Cuando me encendí un cigarrillo, un joven a mi lado me pidió que le vendiera uno. Llevaba una chaqueta de uniforme y parecía uno que volvía de la prisión en Rusia. Le dí el cigarrillo. Se lo encendió y dijo con picardía: "Ve, ahora ya puedo hacer nuevamente todo solo!" Al mismo tiempo movía su brazo derecho con todos los dedos y su pierna derecha. "¿Usted también fue curado por Gröning?" le pregunté. "Sí, en Rusia me agarró una parálisis en todo el costado derecho, el señor Gröning me miró y ahora estoy completamente sano, ¡todavía no puedo comprenderlo!" Alegremente balanceaba sus extremidades.
Yo me dirigí hacia un grupo que rodeaba a una señora canosa de unos cuarenta años. "Pues claro" yo le escuchaba decir a la señora, "que me he curado con el señor Gröning. Yo tenía grandes úlceras de estómago, perdía más y más peso y de tantos dolores ya no podía dormir más. Doce personas estuvimos donde el Sr. Gröning. [...] A mí me miró y en eso me pareció como que las úlceras se cayeran al suelo como si fueran piedras. Desde entonces ya no tengo más dolores, estoy engordando y las radiografías que me tomaron muestran claramente que las úlceras han desaparecido. Yo me he puesto a disposición de la comisión auscultadora de médicos. ¡No se imagina lo asombrados que estuvieron!"
Y la señora continuaba: "¡Pero eso no es nada! La semana pasada había un ciego aquí en el patio. Estuvo esperando varios días y noches. Como yo a menudo paso por aquí, me llamó la atención. Me daba pena y lo invité a almorzar. "No", rechazó mi ofrecimiento, "no debo perderme el momento en que el señor Gröning salga!" Entonces le traje unos sandwiches y le dije que yo me encargaría de que lo llevaran a la estación. "No necesito a nadie que me acompañe, porque podré ir sólo a la estación." Y entonces yo lo viví con mis propios ojos. El señor Gröning vino y el joven gritó: "¡puedo ver otra vez!" Y realmente, el velo en sus ojos había desaparecido. El describió la cartera que yo llevaba en mis manos, decía: "allá va un coche y esa es la placa con el número" y encontró solo el camino hasta la estación. Todos los que estaban cerca de él lloraban de alegría."
Prohibición de curar por parte de las autoridades y el cuerpo facultativo médico
Al poco tiempo, las autoridades, y sobre todo las de la Salud Pública, comenzaron a interesarse por el caso. Se constituyó una Comisión de Investigación y a Bruno Gröning se le impuso la prohibición de curar. Algunos médicos influyentes fueron sus enemigos declarados. Hicieron todo por impedir su actuación y le ordenaron que se sometiera a un examen científico de su habilidad curativa. Pero la idea que había detrás de la prohibición se evidencia en estas declaraciones de los médicos involucrados: "Gröning puede demostrar lo que quiera, pero de ninguna manera se le dará el permiso de curación." "Ocuparse de Gröning es ir en contra del honor profesional de los médicos." A finales de junio tuvo que dejar Herford definitivamente. Todos los esfuerzos de conseguir un permiso para curar fracasaron.
Trayectoria y situaciones decisivas en la vida
Se prepara para su futura actividad
Años de aprendizaje forzado y su interrupción
Después de haber terminado su 5º grado en la escuela primaria, Bruno Gröning comenzó un aprendizaje como comercial. Pero 2 años y medio más tarde, por insistencia del padre, tuvo que abandonar este aprendizaje. El padre, de oficio capataz de obra quería que su hijo también siguiera un oficio en la construcción. Le hizo aprender carpintería de construcción pero tampoco aquí llegó a conseguir un título. Las dificultades económicas de la posguerra no lo permitieron. Tres meses antes de terminar su aprendizaje, la compañía donde él aprendía cerró por falta de pedidos. En la época siguiente vivió de diversas actividades. Egon Arthur Schmidt escribe sobre esta época:
"Cada trabajo que empezó fue un éxito"
"Varios colegas de trabajo me informaron de una característica especial: que todo trabajo que empezó fue un éxito, sea que haya reparado relojes, radios, sea que haya realizado trabajos de cerrajería. Era muy hábil en la técnica. Y nunca se molestó efectuar trabajos físicamente más bruscos y pesados. Como estibador cargó tanto como cualquiera de sus compañeros. No se avergonzó de ello, ya que esto era parte del camino que le hizo pasar por el fondo más bajo, para llegar a las alturas más altas. Un viejo proverbio chino dice: "Quien nunca cruzó un pantano jamás podrá ser un santo." Existen suficientes escritos de testigos de su época. Uno de esos escritos me llegó hace poco, y en él describe el informador sencillamente que Bruno Gröning, tras el año en que trabajaba junto a él, fue el mejor compañero y el más correcto que jamás había tenido, y por eso le guardaba un recuerdo muy bueno."
Matrimonio y golpes de destino en el entorno familiar
Se casó a los 21 años de edad. Pero su esposa no tuvo comprensión para él. Quería forzarlo a la estrechez de una vida familiar burguesa y se refería a las curaciones como "chifladuras". Los dos hijos, Harald, nacido en 1931, y Günter, nacido en 1939, murieron ambos a los nueve años de edad. A pesar de que innumerables personas ya habían recibido la curación por intermedio de Bruno Gröning, la Sra. Gertrud Gröning no confiaba en la energía curativa de su esposo. No le confió sus hijos, sino los entregó a los médicos. Pero la medicina tradicional no pudo ayudarlos. Ambos murieron en el hospital, Harald en 1940 en Gdansk y Günter en 1949 en Dillenburg. Fueron tremendos golpes de destino para Bruno Gröning. Incluso años más tarde le salían las lágrimas cuando hablaba de sus hijos.
Así, el tiempo entre las dos guerras mundiales fueron para él una época de preparación para su actuar posterior. Tuvo que vivir muchas experiencias amargas para poder entender a la gente en todas las situaciones de vida y para entender sus pesares.
Ayudar en vez de disparar: en el frente y en el cautiverio de guerra
Durante la segunda guerra mundial en 1943 fue reclutado a la "Wehrmacht" (ejército alemán). Allí se produjeron roces con sus superiores. Por negarse a disparar contra seres humanos le amenazaron con un juicio de guerra. Pero al fin y al cabo tuvo que ir al frente, fue herido, cayó prisionero de los rusos y en 1945 llegó como refugiado despatriado a Alemania Occidental.
El comportamiento de Bruno Gröning durante la época de la guerra estaba caracterizado por su deseo de ayudar. Asimismo en el frente aprovechó todas las posibilidades para ayudar en pro de sus camaradas o de la población civil.
En una aldea rusa, a los habitantes en peligro de morirse de hambre les facilitó el acceso a un depósito de víveres del ejército. En la prisión luchó para que sus compañeros tuvieran mejores abrigos, mejor comida y mejor alojamiento. A incontables compañeros que sufrían de edemas de desnutrición les ayudó a que se curaran. Durante los horrores de la guerra no mató a nadie pero ayudó a muchos.
Separación matrimonial y dedicación a todo ser humano
En diciembre de 1945 fue puesto en libertad y en la ciudad de Dillenburg / Hessen comenzó a reconstruir su existencia e hizo venir a su familia. Pero después de que también el segundo hijo había fallecido y dado que su esposa quería prohibirle toda clase de actividad de ayuda, se separó de ella. Él se sentía comprometido a proporcionar esas energías de las que disponía, a todos los seres humanos. El decía: "Yo no pertenezco a uno solo, yo pertenezco a toda la humanidad."
A principios de 1949 su camino le condujo al "Ruhrgebiet" (zona industrial sobre el Ruhr). A causa de las informaciones de algunos curados, Bruno Gröning atrajo la atención de cada vez más personas. Donde lo necesitaban allí iba de casa en casa, donde había enfermos que le pedían ayuda. Así actuaba en un radio pequeño, hasta que en marzo de 1949 aceptó la invitación de un ingeniero de Herford, para visitar a su hijo.
Infancia y juventud
Le apalearon y se burlaron de él. Incomprendido. Aceptado, Un niño diferente a los demás
La fuga de un entorno duro hacia la naturaleza: "Aquí experimenté a Dios"
Bruno Gröning nació el 30 de mayo de 1906 en Danzig-Oliva, como cuarto de siete hijos del matrimonio August y Margarethe Gröning. Los padres notaron pronto sus dones excepcionales de su hijo, por ejemplo, se le acercaron espontáneamente animales que son considerados tímidos, como conejos y corzos, y se dejaron acariciar por él, sin tenerle miedo.
Cuanto más crecía Bruno Gröning, más extraño le resultaba su entorno. El Sr. Gröning contaba, que a veces recibía tantos palos en casa que su cuerpo se puso morado. Los golpes, así nos dice, no le hacían daño a su cuerpo, pero se sentía incomprendido.
La dureza de corazón de su alrededor hizo que se apartara y así el pequeño Bruno huía hacia la naturaleza. Se sentía más atraído hacia los animales, árboles y arbustos que hacia algunas personas. A menudo desapare
"Aquí experimento a Dios. En cada arbusto, en cada árbol, en cada animal y hasta también en las piedras. En todas partes podía estar durante horas reflexionando y meditando, en realidad no existía el tiempo, y siempre me parecía que toda mi vida interior se ensanchaba cada vez más hacia el infinito."
Nunca participó en las peleas salvajes de los niños de su edad. Así que a menudo fue objeto de odiosas burlas y golpeado y castigado por ser diferente a ellos.
Se agradecen curaciones en seres humanos y animales
Con el tiempo se iba reconociendo aquel aspecto del carácter de Bruno Gröning que más tarde se hico famoso en público. En su presencia se sanaron hombres y animales. Sobre todo durante la primera guerra mundial iba a menudo a los hospitales de campaña donde su visita era bienvenida. Los heridos se sentían bien en su presencia y muchos se curaron. También había enfermos que pedían a su madre a que trajera al pequeño Bruno a casa. En el ámbito de la familia y de los conocidos fue aceptado gustosamente el don de curación del chico.
El añora ser independiente
Bruno Gröning escribe en su currículum vitae: "Ya cuando era un niño pequeño, personas enfermas fueron liberadas de sus molestias por medio de mi presencia y con sólo unas palabras mías, tanto niños como adultos, dejaron de pelearse o de excitarse y se tranquilizaron por completo. También de niño he podido observar que animales, que generalmente son considerados recelosos o bravos, conmigo eran buenos y mansos. Por eso, mi relación con mis padres era rara y tensa. Traté de independizarme por completo lo más pronto posible, para salir de la incomprensión de mi entorno familia."
Bruno Gröning (1906-1959)
Un hombre extraordinario en la controversia de la sociedad
En el año 1949, de la noche a la mañana, el
nombre de Bruno Gröning era el centro de
la atención pública en Alemania. La prensa,
la radio y los noticieros semanales en la
televisión informaron sobre él. Durante
meses los acontecimientos alrededor del
"doctor milagroso", como pronto se lo
denominó, mantuvieron en tensión a la
joven república. Se filmó una película sobre
él, se convocaron comisiones de
investigaciones científicas y las
autoridades, hasta los más altos niveles, se
ocuparon del caso Bruno Gröning. El
Ministro de Asuntos Sociales de Renania-
Westfalia del Norte le hizo perseguir por
infracción a la ley de los naturistas, el
Ministro-Presidente de Baviera sin
embargo, declaró, que a una "personalidad
tan excepcional" como Gröning no se le
debía dejar fracasar por artículos de la ley.
El Ministerio del Interior de Baviera
denominó la actuación del Sr. Gröning
como "actividad de amor" de libre
disposición.
En todos los niveles sociales de la población se discutía vehementemente y de puntos de vista contrarios sobre este caso. Las emociones s. Clérigos, médicos, periodistas, abogados, políticos y psicólogos: todos hablaban sobre Bruno Gröning. Sus curaciones milagrosas eran para unos regalos de gracia de una Energía Superior, para otros eran pura charlatanería. Pero la veracidad de las curaciones fue comprobada por análisis médicos.
El mundo se interesa para un trabajador sencillo
Bruno Gröning nació en 1906 en Danzig y emigró después de la guerra como refugiado a Alemania Occidental, era un obrero sencillo. Había vivido de diversos trabajos, fue carpintero de construcción, también estibador en un puerto y obrero en una fábrica. Ahora de repente se encontró en medio del interés de la opinión pública. La noticia de sus curaciones milagrosas se expandió por todo el mundo. De todos los países llegaban enfermos, cartas de peticiones y ofrecimientos. Varios decenas de miles de necesitados peregrinaban a los lugares donde él actuaba. Se estaba anunciando una revolución en la medicina.
Enredado en prohibiciones, procesos judiciales y colaboradores con afanes de lucro
Pero también existían las fuerzas contrarias. Ellos hicieron todo lo posible por impedir la actividad a Bruno Gröning. Prohibiciones de curar le perseguían, se iniciaron procesos judiciales contra él. Todos sus empeños para llevar su obra por caminos legales fracasaron, por un lado por la oposición de fuerzas sociales influyentes, por el otro lado, por la incapacidad o por las ansias de lucro de sus colaboradores. Cuando Bruno Gröning muere en 1959 en París, el último juicio contra él estaba en pleno apogeo. El juicio fue archivado, sin que jamás se haya pronunciado una sentencia definitiva. Muchas preguntas quedaron sin respuesta.
Dios es el médico más grande
No existe lo incurable
Confianza y fe: una condición para obtener la sanación
Curar de verdad, sólo lo puede hacer Dios, pero ninguna persona. Dios es el médico más grande. Para Él no hay nada incurable, no hay nada imposible. Bruno Gröning dijo repetidamente: "¡Confía y cree, ayuda y sana la fuerza divina!"
Lo único que él espera del que busca ayuda es que esté dispuesto a tenerle confianza a él y a creer en Dios, cuya energía curativa debe acoger para conseguir su propia curación. Si el ser humano reúne estos requisitos, Bruno Gröning puede ayudar. Aún cuando la fe de alguno sea muy débil, Bruno ofrece su ayuda: "Si Ud. no puede creer ahora, entonces puedo hacerlo yo por Ud. hasta que Ud. realmente crea. Y si hoy no puede Ud. rezar, no puede pedir todavía, también lo haré yo por Ud."
Dios no es un juez castigador
De este modo pueden llegar a obtener la ayuda de Dios, por intermedio de Bruno Gröning, aquellos seres humanos que creen en la salud. Todos deben ser ayudados. Los hombres deben llegar a experimentar que Dios no es un juez que castiga, sino que es un Padre amoroso. Todos los seres humanos son Sus hijos y Él es Su amigo y Su redentor.
A través de Bruno Gröning, el hombre puede vivir nuevamente los milagros de Dios. Dios es para la humanidad el médico más grande y el que más ayuda presta. Para Él no hay nada imposible. Bruno Gröning dijo: "Hay mucho que no se puede explicar, pero no hay nada que no pueda suceder."
El ser humano es espíritu
El cuerpo es solamente la funda terrenal para el espíritu y el alma
Bruno Gröning les explicó a sus oyentes la
verdadera esencia del ser humano. "¿Quién
es Ud.?", preguntó. Ninguno de sus oyentes
supo decir algo, excepto su nombre. Bruno
Gröning no dejó que esto se quedara así.
"¿Es Ud. un cuerpo?" siguió preguntando.
Como nos quedamos callados, nos explicó
que no somos un cuerpo sino que siempre
hemos sido un espíritu; que nuestro cuerpo
lo hemos recibido por medio del nacimiento,
prestado por Dios para ésta, nuestra vida en
la tierra y que lo tenemos que devolver a la
tierra cuando muramos. Nuestra alma
establece la conexión entre nuestro cuerpo y
nuestro espíritu y que se lleva a la eternidad
las experiencias buenas y las malas. El alma
es la que lleva consigo el destello divino y en
el momento en que se abre por medio de la
fe, establece la conexión con Dios. Pero
cuando el alma se cierra y no tiene fe, la
conexión con Dios se corta.
Entonces el cuerpo no es lo más importante en el hombre, sino que es solamente la funda terrenal del espíritu y del alma. Así, con la muerte del cuerpo no se acaba todo, como hoy en día cree mucha gente, sino que la vida sigue. La vida no está sujeta al cuerpo.
El ser humano no es malo; sólo cuando se descuida cae en las garras del mal
El ser humano es un espíritu, su cuerpo es un regalo que Dios ha puesto a su disposición para su vida terrenal. La finalidad verdadera del hombre es que utilice su cuerpo para lo bueno y pueda concretar así sus buenos pensamientos. Pero el hombre también tiene la posibilidad, por su libre voluntad, de utilizar su cuerpo para lo malo, para robar, para matar, para destruir. De las acciones de un hombre se puede sacar la conclusión con quién está en conexión y al servicio de quién está: al de Dios o al del demonio. Esto no quiere decir que el hombre sea bueno o malo sino que:
"El ser humano es y seguirá siendo divino, nunca es diabólico, nunca es satánico, nunca es malo, sólo cuando abandona a Dios, cuando se abandona a sí mismo, solamente entonces puede ser alcanzado por el mal. No es el ser humano quien hace el mal, sino Satanás. De lo malo no podemos esperar nunca nada bueno. Así como de Dios nunca podemos esperar nada malo."
"Cuando el hombre es débil cae en lo malo, cuando cae no puede seguir el camino que lo conduce hacia arriba, pues para ello le hace falta la fuerza. Cae y llega directamente a los brazos de Satanás y se queda allí perdido por un buen tiempo a su merced y tendrá que ser servidor del mal, si no llega una mano salvadora que lo saque y lo ayude a salir de allí."
Cada pensamiento tiene un efecto
La obligación de cada ser humano es la de mantener su cuerpo en orden. Todo pensamiento negativo, toda palabra mala y toda acción mala producen daño al cuerpo, es decir, cuando el espíritu no está en contacto con Dios y se da al poder negativo, entonces puede ocasionar enfermedades en el cuerpo.
Pero cuando el espíritu se abre nuevamente para que la energía divina entre en él, la consecuencia será la curación del cuerpo. Por este motivo, la posición, la ideología del propio espíritu es tan decisiva. Pues siempre depende del individuo mismo, de cómo se abra hacia lo bueno y como acepte en su corazón la enseñanza de Bruno Gröning. Un tratamiento del cuerpo sólo puede combatir los resultados pero no puede curar las causas. Esto sólo puede hacerlo la persona misma, dando pasos hacia la "gran conversión".
Los pensamientos son energías
Un pensamiento positivo construye, uno negativo destruye
Bruno Gröning invitó a sus oyentes a
examinar sus propios pensamientos y a sólo
aceptar los buenos. Dios y Satanás no
solamente son fuentes de energía sino
también de pensamientos e ideas. Ellos
envían pensamientos sin cesar, Dios los
buenos y Satanás los malos. El ser humano
no puede producir pensamientos él sólo,
sino que tiene solamente la capacidad de
recibirlos.
"Es muy importante la clase de pensamientos que el ser humano capta, pues los pensamientos son energías. Si el hombre quiere lo bueno, le ayuda Dios, si quiere lo malo, le ayuda Satanás."
El ser humano no está entregado del todo a la merced de sus pensamientos, sin tener la capacidad de decidir. Él decide por sí mismo sobre los pensamientos que tolera y sobre los que no. Él debe de elegir meticulosamente y no superficialmente. Detrás de cada pensamiento hay energía, un pensamiento positivo construye, un pensamiento negativo destruye; una noticia buena da alas para mucho, una mala desalienta. Los pensamientos son energías espirituales. Llevan una fuerza consigo, la cual las personas de hoy día apenas perciben. Un pensamiento que viene desde el amor puede hacer que un ser humano entregue su vida por otro. Un pensamiento que viene del odio puede inducir a alguien hasta matar a otro. "¡Cuídese de los malos pensamientos!"
"Todo lo que Ud. absorbe, sale después de Ud"
"Uds. tienen que saberlo porque lo han comprobado ya varias veces que basta un solo mal pensamiento para que vengan después otros pensamientos malos y después hayan tenido que pronunciar palabras malas. Así, todo lo que Uds. aceptan en su interior sale de Uds. después."
"¡Si Ud. le da cabida a un sólo mal pensamiento se ha convertido en un servidor del mal, se ha converdito en un servidor de Satanás! ¡Delo por sabido!"
El ser humano actúa según su voluntad
Pero: ¿Qué puede hacer el ser humano contra ideas depresivas, pensamientos de duda, de miedo o contra ideas fijas, sugestivas y agobiantes? Estas ideas aparecen de la nada, irrumpen en nosotros y quieren apoderarse de nuestra mente. ¿Qué es lo que debemos hacer?
El demonio quiere desorientar al ser humano con pensamientos negativos, da lo mismo cual sea su tono, quiere apartarlo del camino divino y también conseguir que el hombre tenga miedo, que se enoje, que tenga dudas acerca de lo bueno y que vaya en contra de los mandamientos de Dios. Para lograrlo engaña al hombre diciéndole que solamente es un juguete de sus malos pensamientos y sentimientos y que está a merced de ellos totalmente indefenso. Pero solo son engaños y falsedades absolutos.
Dios ha hecho al hombre de tal modo que él mismo puede decidir sobre sus pensamientos, sus palabras y sus acciones. Cuando un mal pensamiento pasa por su mirada interior puede rechazarlo tranquilo pero decididamente. Si es que se queda en esta posición, el mal tiene que seguir otro camino y no puede apoderarse de su carácter. El ser humano decide por su propia y libre voluntad acerca de su destino. "El ser humano obra de acuerdo a su voluntad. Tal es su voluntad, tal su pensamiento. La mente es la que impulsa al hombre a actuar."
Lo primero es tener el deseo de sanar
Con un ejemplo simple nos mostró Bruno Gröning la gran importancia que tienen los pensamientos. Cuando se construye una casa, lo primero que se tiene es el deseo, la voluntad de construir la casa. Después, esta idea se hace cada vez más concreta hasta que se llega a hacer un plano más exacto. Hasta aquí, la construcción existe solamente en la fantasía del futuro dueño. La verdadera edificación de la casa es el último paso dado en un camino largo, al cual se ha llegado después de haber realizado muchas reflexiones y preparativos.
Exactamente así sucede con la curación. Primero tiene que haber la voluntad de sanarse, después uno tiene que separarse mentalmente por completo de la enfermedad y tener fe en la curación. El último paso es cuando la curación empieza a llevarse a cabo en el cuerpo. Naturalmente que ésta no es obra del hombre sino que es un acto de la misericordia de Dios. El hombre no puede ganársela, pero si puede conseguirla.
Los contrastes del "bien" y del "mal"
El ser humano vive en medio y siempre tiene la elección
Cuando el hombre tiene la posibilidad de
tomar decisiones por la libre voluntad se
hace la pregunta: ¿Cuáles son las
alternativas entre las que puede escoger? A
esto dijo Bruno Gröning: "Amigos no
desconozcan, ni olviden que el ser humano
vive entre el bien y el mal. Allí el bien, allá el
mal, él vive en medio de ello y es él que
toma la decisión."
El ser humano tiene que elegir. El puede hacer el bien o el mal. Si es que alguno de sus prójimos está en alguna necesidad, o puede ayudarlo o puede dejarlo de lado sin ocuparse de él, o puede hasta aprovecharse de las necesidades del otro para obtener alguna ventaja para sí mismo. El ser humano puede hacer lo que él quiera. A lo largo de su vida se encuentra siempre, consciente o inconscientemente, frente a bifurcaciones en su camino ante las cuales tiene que decidirse por el buen o el mal camino. En la mayoría de los casos se trata de situaciones diarias que determinan el curso del destino.
Por ejemplo, cuando uno se irrita por un cambio de palabras francas con un amigo, o cuando uno deja un empleo porque se ha peleado con su jefe, o cuando se rechaza una oferta única a causa de su orgullo herido. Muy a menudo son decisiones espontáneas, las que después ocasionan pena cuando son irrevocables y ya no se puede dar marcha atrás. Un solo instante puede influir en el curso de toda una vida, o para bien o para mal.
Fuerzas constructivas y fuerzas destructivas
Pero: ¿Cómo es que se llegó hasta aquí? ¿No es la vida el producto de una casualidad ciega a la que el hombre está entregado y totalmente desamparado?
El bien, así lo aclaró Bruno Gröning, proviene de Dios. El mal de su contraparte, de Satanás, pues éste realmente existe y tiene como meta destruir todo lo bueno, todo lo divino. Bruno Gröning: "¿Quién lo hace, quién no desperdicia ninguna oportunidad para destruir lo bueno, lo divino? ¿De dónde vienen las enfermedades que atacan a todo lo que vive en esta tierra? Tome Ud. lo que sea, alguna fruta, o algún ser vivo, el que sea, el demonio trata siempre de destruir todo. También ha tenido éxito en carcomer destructivamente al ser humano."
"El Satanás que existe en esta tierra no ha desperdiciado ninguna oportunidad para destruir lo bueno y lo divino."
"Donde está Dios hay amor, donde está Satanás hay guerra."
En lo espiritual, ambos polos se encuentran frente a frente: Dios como la vida misma y Satanás como el que la quiere destruir. Al lado de ellos hay innumerables seres espirituales que los ayudan, y la lucha se lleva a cabo con gran violencia. Ambas partes tienen a su disposición enormes energías. Su naturaleza la describió Bruno Gröning con palabras sencillas: "La energía divina es constructiva y la mala, la satánica, es destructiva."
El ser humano puede acoger ambas dentro de sí y dejarlas que hagan efecto, tanto en el cuerpo como en el alma. La una actúa fortificante y constructiva, la otra debilita y destruye. La energía positiva lleva en sí la salud, la negativa trae consigo la enfermedad.
La enfermedad no es un castigo de Dios, sino la consecuencia de pensamientos y acciones incorrectos
Bruno Gröning dijo que la enfermedad viene del mal y que no es ningún castigo de Dios, como muchos afirman. Tales ideas las tildó de mentiras y las rechazó decididamente. ¡Dios no castiga! Las enfermedades son las consecuencias de pensamientos y hechos falsos. Cuando desaparezca la causa de ellos, entonces desaparecerán también las consecuencias, y ésta es la voluntad de Dios.
"No es como la gente cree, que la enfermedad fuera un castigo de Dios. Se puede comparar con la salida de un hijo de la casa de sus padres. Los padres ya no pueden estar cerca de él, ya no pueden protegerlo. Así, también nosotros abandonamos a nuestro Padre. Nosotros no podemos olvidar que somos hijos de Dios. Sólo Él puede ayudarnos. Y Él nos ayudará cuando hayamos encontrado nuevamente el camino hacia Él."
El libre albedrío
El ser humano decide por sí mismo, si cree en la salud o en la enfermedad
Un conflicto interior
Cuando aparecen dolores durante un proceso de sanación, no siempre es fácil pensar que sean regelungen. Muchas personas se vuelven inseguras, ¿Son regelungen o son síntomas de la enfermedad? Empieza un conflicto interior por la fe. Es en este momento cuando se decide si la persona recibe la sanación y cuanto tiempo va a durar el proceso de curación. Depende de dónde están puestos los pensamientos de esta persona, en su enfermedad o en su curación. Si sigue creyendo en su enfermedad, ésta seguirá siendo parte de él, pero si es que confía y cree en la salud, entonces se completará el proceso de curación. La persona es quien toma la decisión.
No se puede obligar a nadie a sanarse, solo puede tomar una decisión propia, voluntaria
Éste es un punto muy importante de la enseñanza de Bruno Gröning. Él siempre hizo hincapié en el hecho de que el ser humano tiene un derecho inalienable al libre albedrío, que es el regalo más grande que Dios le ha dado a todo ser vivo. Él eleva al hombre del nivel de un ser dominado al nivel de un hijo libre, que sigue los mandamientos de su Padre por libre voluntad y no porque lo obliga. Sin embargo, Él le ofrece a este hijo la posibilidad de elegir entre violar o no, estas leyes divinas.
Bruno Gröning respetaba la libre voluntad del hombre en sumo grado. Por eso puede ayudar solamente a aquél que se deja ayudar, a quién está dispuesto a desligarse de la enfermedad. Bruno le puede quitar a la persona solamente aquello que esta persona le da a él, ejerciendo el poder de su propia voluntad. Quien se ocupa sólo de su enfermedad, quien está pensando todo el tiempo en ella y hablando de ella, esperará en vano que la curación le llegue. Así, Bruno Gröning dijo: "Puedo ayudar a una persona a encontrar el camino del bien, pero no puedo ni quitarle la facultad de decisión, ni obligarla a tomar este camino. Cada uno tiene que encontrar su camino por sí mismo."
Las „regelungen“
La limpieza del cuerpo puede en un principio causar dolores
Las "regelungen" son parte de un proceso de limpieza
Algunas personas experimentan dolores en la toma de la Heilstrom (corriente curativa). A este fenómeno, Bruno Gröning lo denominó "regelungen". Son una señal de que el cuerpo comienza a cambiar. Los dolores reguladores o regulaciones no se pueden comparar con aquellos de la enfermedad. Son originados por la Heilstrom y significan que se está efectuando una limpieza en los órganos enfermos. Kurt Trampler (sanado, colaborador de Bruno Gröning, periodista y escritor) escribe al respecto: "El dolor regulador inquieta muy a menudo al que busca ayuda. Bruno Gröning dice que las "regelungen" tienen que suceder. Cuando empiezan las manifestaciones reguladoras, se ve a menudo que muchas personas tienen miedo de que sea una recaída. Tuvieron miedo y dijeron: "Se ha puesto peor, ¡vamos al médico!" Gröning dice: "Por eso les digo que presten atención cuando se manifiestan los dolores reguladores, tengan paciencia. No pasa nada malo, sólo es que la persona se está curando."
La forma de las "regelungen" puede ser muy diferente. Los dolores pueden ser parecidos a los de la enfermedad, quizás hasta más intensos. Pero también se pueden manifestar de otro modo. Para cada caso es diferente, ya que cada cuerpo humano reacciona de un modo diferente, individual, a la energía curativa.
Los dolores reguladores son inevitables. Son parte de un proceso de limpieza en el que la impureza de la enfermedad es alejada del cuerpo por vía espiritual.
El proceso de la "regelung"
Bruno Gröning explicó el fenómeno de las "regelungen" dando el ejemplo de una jarra de leche contaminada. El preguntó qué se debe hacer cuando se tiene que echar leche fresca en una jarra que contiene leche agria y apestosa. La respuesta es evidente: Se tiene que tirar la leche agria, después se tiene que limpiar la jarra. De modo muy similar, en sentido figurado sucede con el ser humano. Si se supone que el cuerpo es una jarra y la enfermedad la leche agria, se tiene que tirar la leche agria, después el cuerpo quedará libre de la "mugre" de la enfermedad y esto es el fenómeno de las "regelungen". Primero se tiene que limpiar el recipiente y recién después se puede llenar con leche fresca. Así es como entra la salud en el cuerpo humano.
En otra metáfora comparó al ser humano con un frutero: "Tome Ud. un recipiente que esté lleno, sea con lo que fuere, digamos con fruta que está allí durante varios días y de la que nadie se ha ocupado, por lo que la fruta se ha descompuesto. Ud. ya no puede comer esta fruta. Y cuando alguien viene y quiere obsequiarle a Ud. con fruta fresca sería una gran estupidez si se pusiera la fruta buena y fresca encima de la mala, pues esto significaría que la fruta buena se pondría en el mismo estado en que está la fruta mala. Si Ud. quiere tener la fruta buena tiene que arrojar la mala, la que ya no se puede comer, la que está podrida. Pero no solamente tiene que hacer esto. Además tiene que limpiar el recipiente para poder poner allí la fruta buena. Compare el recipiente con su cuerpo y la fruta mala con sus órganos enfermos. Lo bueno es lo que Ud. espera recibir, pero esto no es posible si Ud. no arroja antes lo malo, es decir, si Ud. sólo se ocupa de su enfermedad."
El „einstellen“
La correcta actitud mental y la correcta postura corporal para tomar la "Heilstrom" divina
Bruno Gröning denominó la corriente
curativa "Heilstrom", el poder espiritual que
lleva a la sanación. Como sinónimos utilizó
también palabras como ‘ola de sanación’ y
‘poder divino’. Pero ¿Cómo puede acoger el
ser humano la Heilstrom ¿Cómo debe
prepararse para recibir la energía divina?
Bruno Gröning recomendó a los que
buscan ayuda la siguiente forma de
sentarse: No cruzar ni brazos ni piernas y
mantener las palmas de las manos abiertas
hacia arriba, y ponerlas sobre los muslos.
Además de estos requisitos exteriores es
muy importante de evitar todos los
pensamientos perturbadores y concentrarse
en lo que sucede en el cuerpo. Un requisito
fundamental es tener un alma creyente. De
este modo es posible que el ser humano se
abra para recibir la onda curativa divina.
Bruno Gröning dijo: "Dios nos da todo lo
bueno, solamente tenemos que acoger
dentro de nosotros todo lo Suyo que Él nos
envía. Entonces pues: ¡Hágalo!"
El por qué la postura corporal es tan importante lo explica así: "Aquellos que tienen todavía un cuerpo que se mueve libremente, lo tensan muy a menudo, este es el poder de la fuerza de la costumbre. Cruzar las piernas, poner una pierna sobre la otra, seguro que se puede arrellanar en una silla, es decir desperezarse, pero no cuando se desea recibir lo bueno, lo divino. Para esto se tiene que estar libre, uno debe ponerse de pie o sentarse con las manos abiertas, con las manos vacías."
Kurt Trampler (Sanado, colaborador de Bruno Gröning, periodista y escritor) escribió en su libro La Gran Conversión: "Es importante [...] aparte de la preparación interior, una pequeña formalidad pero muy significante. Hay que sentarse cuidando de que la espalda esté libre (no reclinada) y no hay que cruzar ni brazos, ni piernas. Según Bruno Gröning, tocar o juntar los brazos o manos produce el efecto de un corto circuito de la energía vital en el torso y juntar o cruzar las piernas produce el mismo efecto dañino en la parte baja del cuerpo. Quien tiene la costumbre de cometer este error a menudo, a largo plazo puede acoger enfermedades realmente indeseables."
Poner atención en lo que uno siente en su propio cuerpo
Bruno Gröning denominó la toma consciente de la energía: hacer "einstellen". El ser humano se sintoniza para recibir la corriente curativa. No es importante ni cuándo, ni dónde. Lo importante es que tenga tranquilidad. Que apague todos los pensamientos perturbadores y que observe exactamente lo que pasa en su cuerpo. Bruno Gröning preguntaba a menudo a sus oyentes. ¿Qué es lo que Ud. siente? ¿Y ahora?, ¿Y ahora?
"Ud. sólo tiene que sintonizarse para recibir, mejor dicho para adquirir este verdadero regalo divino. Ud. mismo comprobara como se recibe esta emisión divina. Pero siempre he de repetir que sólo la adquirirá si Ud. le presta verdadera atención a su cuerpo, si presta atención a lo que sucede, tanto dentro como fuera de su cuerpo."
Toda persona puede sentir la Heilstrom (corriente curativa) en su propio cuerpo. El uno siente un hormigueo, el otro un escalofrío. Un tercero tiene que mover los brazos o las piernas, un cuarto tiene que sacudirse. Así es como la energía curativa ocasiona las más diversas reacciones en las personas.